La iniciativa fue de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), pero el anuncio se realizó directamente en la embajada de ese país en Buenos Aires y con la presencia del embajador Marc Stanley, quien manifestó: “Para tener un sector agroindustrial próspero, se necesitan más que buenas pasturas y tecnologías. De hecho, se requieren políticas públicas claras y consistentes que atraigan inversiones, y que generen la previsibilidad y confianza de que los actores serán tratados de manera justa y transparente”.
En ese tono de diplomático reclamo a las autoridades argentinas para que fijen reglas claras en materia agropecuaria, la AmCham puso en marcha este lunes su denominado “programa de Agroindustria”. Lo definió como “un espacio que reunirá a empresas líderes de toda lacCadena global de valor del sector y cuyo eje principal será impulsar el diálogo intersectorial, aportando a la construcción de una agenda sustentable para la industria de los alimentos y el agro, que genere empleo, inversión y desarrollo para nuestro país”.
“Celebro la inauguración del Grupo de Trabajo de Agroindustria, ya que significa un espacio más para compartir áreas de cooperación entre ambos
países”, bendijo el acuerdo el embajador Stanley, en una movida que desde hace rato no se veía entre los intereses estadounidenses radicados en la Argentina.
Lo llamativo es que hubo muchos pesos pesados del sector agrícola en la Argentina involucrados en este grupo de “diálogo agropecuario” que se nucleará en torno de la AmCham. Entre las firmas involucradas están Corteva (fruto de la fusión entre las nortamericanas Dow y Dupont), la alemana Bayer (que tiene un pie fuerte en América tras la compra de Monsanto en 2018), la cerealera Cargill (principal exportadora de granos y subporoductos de la Argentina), la fábricante de maquinaria AGCO, otra empresa importante de insumos y tecnologías como es Syngenta, la semillera Stoller (que desmebarcó en el páís hace unos pocos años), la líder mundial en maquinaria John Deere, algunas empresas de origen local como Arcor y Cervecería Quilmes, el grupo de tractores CNH Industrial,y Simplot, dedicada a las papas preelaboradas.
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“Entre los principales objetivos del programa, se encuentra el de promover el diálogo intrasectorial y publico-privado incluyendo a todas las actividades de la agroindustria, facilitando la co-creación de una agenda positiva que contribuya al desarrollo nacional”, indicaron las empresas en su manifiesto.
Pero está claro que desde este novedoso think thank se intentará discutir con el gobierno -el actual y el que asuma a partir de diciembre de 2023- una mayor liberalización del comercio de productos agropecuarios en la Argentina, que tiene múltiples cupos de exportación, una elevada carga impositiva, problemas para la importación de insumos importados y curiosidades a nivel global, como la existencia de derechos de exportación.
En palabras diplomáticas de la AmCham, se intentará ” fomentar la implementación de un marco regulatorio que otorgue previsibilidad y estímulos al sector, generando así mayores niveles de productividad y de inversiones”.
Alejandro Díaz,el principal directivo de la cámara de comercio estadounidense, sostuvo que “esta iniciativa -al igual que el resto de las que lleva adelante la Cámara- representa una nueva oportunidad para promover el diálogo público-privado, no solo para acercar las mejores prácticas del sector y conversar sobre los desafíos que enfrentan las empresas, sino también para colaborar con los distintos niveles de gobierno en la construcción de una agenda de desarrollo
sustentable para la agroindustria”.
“En los últimos años ha estado en el centro de la agenda pública y cobrará mayor notoriedad en 2023. En esa línea, el Programa que estamos lanzando -y gracias a las empresas que hoy están o estarán a futuro integrando a este espacio- nos permitirá marcar las oportunidades y desafíos para los próximos años”, agregó el ejecutivo.
Todo dicho: se mueve el avispero.