El precio del novillo gordo para exportación en Argentina pegó un nuevo salto para cotizar esta semana –según datos de diferentes consignatarios– en torno a los 500 pesos el kilogramo en gancho, aunque también se informaron negocios puntuales a 510-515 pesos.
Esta suba obedece a la mejora en los precios que paga Europa, en particular por la cuota Hilton, que cotiza en torno a los 16.000 u$s/tonelada FOB, mientras que un año atrás se ubicaba en unos 12.500 u$s/tonelada.
La demanda china también sigue muy activa y no solamente en lo que respecta a cortes congelados provenientes de vacas de descarte, sino también de cortes de bajo-medio valor y recortes de novillos.
El tercer factor que influye en el mercado es la falta de hacienda, producto de la “limpieza” de campos habilitados para ser proveedores de novillos con destino a Hilton –realizada por el Senasa el año pasado–, así como también la ralentización del ingreso al mercado de hacienda terminada a causa del estiramiento de las recrías (fenómeno estructural) y la escasa disponibilidad de pasto en las regiones afectadas por sequía (coyuntural).
“Son valores que no le sirven a la industria y tampoco a la producción”, dijo Alfonso Monasterio, presidente de la consignataria Monasterio-Tattersall, a Bichos de Campo.
A los frigoríficos no les cierra el número porque tienen limitado el acceso a los mercados internacionales, como consecuencia del cepo exportador que reforzó el gobierno a comienzos de este año y que hizo que se desplome el volumen exportado.
Pero tampoco le sirve al productor porque ese precio, si bien superó en el último año a la indicador oficial de inflación minorista, en los hechos no alcanza para cubrir los crecientes costos de producción, muchos de los cuales están dolarizados, como es el caso del maíz, fertilizantes, fitosanitarios y productos veterinarios.
“Todos se quejan en la cadena ganadera por algún motivo y con razón” dijo Monasterio, quien destacó que el valor nominal de la hacienda ya no indica nada porque los costos tuvieron fuertes incrementos en función de que el tipo de cambio oficial –intervenido por el gobierno– hace tiempo que dejó de ser la referencia para valorizar buena parte de los agroinsumos y equipos que emplean los empresarios agropecuarios.