Se puede dejar una actividad por cansancio, por malos resultados o, sencillamente, porque aparece un negocio más lucrativo. Pero es muy triste cuando alguien tiene que dejar una actividad que ama porque es expulsado de la misma por delincuentes.
En una madrugada la productora Natalí Spala y su esposo perdieron todo lo que habían logrado con mucho esfuerzo: un grupo de cuatreros ingresó a su campo –que es arrendado– en la localidad bonaerense de San Vicente para robarse 97 lechones que iban a ser vendidos para estas fiestas, además de cuatro corderos y seis cabras que eran las mascotas de una de sus hijas.
Los intrusos también se ocuparon de abrir el gallinero y cortar varios alambrados, por lo que las gallinas y las vacas se dispersaron entre los pastizales naturales del campo, que tiene una superficie de 30 hectáreas y se encuentra a 15 kilómetros del centro de San Vicente.
“No se puede producir más…no se puede más. Me duele Argentina. Hasta acá llegué”, apuntó la ahora ex productora agropecuaria en su cuenta de Facebook. “No vale más nada la pena; trabajar para los demás, trabajar en lo que me apasiona y no poder progresar.. no vale más nada. Renuncio a todo lo rural”, sentenció.
Las localidades agropecuarias de San Vicente y Cañuelas son la “primera frontera” rural con las grandes urbes de Buenos Aires y La Plata y suelen ser víctimas de grandes organizaciones de delincuentes que faenan animales por las noches para procesarla en frigoríficos cómplices que luego comercializan la carne de manera informal entre carnicerías del Conurbano bonaerense y el Gran La Plata.
Frente a ese riesgo, que también comprende a tambos e incluso a propietarios de caballos –los delincuentes no respetan nada–, la zonas no cuentan con una adecuada protección policial, lo que facilita por demás las tareas llevadas a cabo por las organizaciones criminales.
Los escasos recursos policiales se destinan mayormente para atender a barrios cerrados y grandes comercios de la zona, mientras que unas pocas patrullas, no siempre bien equipadas, quedan disponibles para recorrer grandes extensiones de territorio virtualmente “liberado”.