Mauricio Macri ha dicho que uno de los principales objetivos de su gobierno será el de reducir la inflación, porque afecta directamente el ingreso de los más pobres y la clase media.
Cuando se habla de inflación, en este país lo más frecuente es que todos miren hacia la canasta alimentaria familiar, y en especial hacia la carne vacuna. El rubro tiene una alta ponderación, de cerca del 4,5% en la elaboración del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Pero esta vez no se le puede echar la culpa a la carne ni a los ganaderos de la inflación minorista, que aunque en baja continúa siendo muy elevada, del 23,8% en los últimos doce meses.
Un trabajo de la Fundación Mediterránea, a través del IERAL, muestra que mientras el IPC ha pegado un salto de casi 24% desde setiembre de 2016 hasta ese mismo mes de 2017, el Índice de Precios al Productor Pecuario creció poco más de la mitad, el 12,4%. Este índice mide la evolución de los precios que reciben los ganaderos bovinos, los tamberos, los criadores de cerdos y el sector avícola.
Pero el informe de la Mediterránea pone énfasis en otro indicador: el Índice de Costos de Producción Pecuaria (ICPP), que desarrolla en conjunto con Mercosur.com. Ese indicador ha crecido solo 10,8% en el lapso analizado de 12 meses, con una variación del 0,9% mensual promedio. Es menos de la mitad de la inflación minorista. Y está incluso por debajo de la mejoría de los ingresos del productor.
“El ICPP incluye los principales costos que deben afrontarse para producir animales (bovinos, porcinos y aves), leche cruda y huevos; en particular contempla los rubros alimentación, nutrición, reproducción, sanidad, mano de obra directa, fletes y energía (GLP propano)”, explica el trabajo.
Las razones de una suba tan distinta a la del resto de los precios de la economía hay que buscarlas sobre todo en el rubro Alimentos, que tuvo una suba interanual de solo 5,5%, por la estabilidad en los precios de la harina de soja y la reducción en los valores de mercado de algunos componentes claves de la dieta animal, como el grano de maíz.
Esta evolución contrasta y neutraliza las subas que muestran los productos de Nutrición (16,4%), los costos de la Reproducción (15,7%) y los de Sanidad (18,5%).