César Bernué se dedica a la industrialización de frutas en Mendoza. En el sur de esa provincia, su empresa procesa y agrega valor a lo que los agricultores con mucho esfuerzo y empeño producen cada año. Vive en Monte Coman, un pueblo de 4.000 habitantes que forma parte de San Rafael. Allí tiene su empresa dedicada al secado, especialmente de ciruelas, que luego, en su mayor parte, destina a la exportación.
En la Argentina siempre nos creímos campeones del mundo, pero resulta que del otro lado de la cordillera hay empresas que, gracias al buen clima y a las buenas condiciones económicas, se están desarrollando y potenciando la producción agropecuaria. Y eso complica a las que están de este lado, ya que además de lidiar con los problemas internos se encuentran con la competencia trasandina en el mercado mundial.
Así lo explicó Bernué a Bichos de Campo: “Chile es un gran problema para nosotros. Mendoza tiene un clima mediterráneo seco. Los chilenos, como están pegados al mar, tienen un clima mediterráneo húmedo y eso mejora la productividad de la ciruela. Hay un montón de ciruelas en Chile que tienen un promedio de 36 mil kilos por hectárea de materia prima en fresco. Nosotros estamos en un nivel de entre los 15 y los 20 mil. Ellos no tienen flagelos climáticos como heladas, no existe el granizo en Chile. El sur de Mendoza, donde está el 80% de la ciruela, es la zona más granicera del mundo”.
Bernué además reconoció que del otro lado de la cordillera los gobiernos vienen favoreciendo el desarrollo de esa actividad y otras como la pesca y la minería.
Como Chile no está en el Mercosur pudo desarrollar tratados de libre comercio. En cambio, por la ciruela argentina “el importador paga 9,2% de arancel para entrarla a Europa, 20% para México y 35% para entrar en China. Esos mercados prefieren primero comprar en Chile que siempre tiene un buen nivel de producción. Lo que nos queda a nosotros es Brasil, somos Brasil dependientes, y ahí más o menos se colocan entre 12 y 13 mil toneladas por año”, explicó el industrial.
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A esos problemas se suma la situación cambiaria. De acuerdo con Bernué, el problema de precios relativos hace que sean necesarios más kilos de ciruela por litro de combustible, situación que se repite con otros insumos dolarizados.
“Evidentemente hay un atraso cambiario. Nosotros tenemos que competir con Chile que en la industria de la alimentación tiene un salario promedio de 500 dólares. Acá es mucho más alto”, señaló.
“Estamos preocupados. Lo que nos pasa a nosotros les pasa a los productores de fruta fresca de Río Negro y Neuquén. Esperemos que esta no sea la misma película que vimos en el gobierno de Ménem o en el de los militares cuando Martínez de Hoz era Ministro de Economía”, agregó a continuación.
En ese sentido, el empresario lamentó la decadencia sectorial y nacional: “Mendoza tiene petróleo, tiene vino, ajo, frutas frescas y deshidratas, y exportaciones por 1.600 millones de dólares en toda la provincia. ¿Sabes cuánto exporta Chile en cerezas?, 2.500 millones de dólares. Evidentemente algo está pasando en el agro argentino”.
“Si el gobierno no quiere devaluar debería seguir con la motosierra y generar un superávit tremendo que nos permita compensar el atraso cambiario. Lo que le pedimos al Gobierno es que por lo menos nos vaya acompañando con una baja de la carga impositiva para que seamos más competitivos”, concluyó Bernué.