Cuando uno no entiendes algo, mejor llamar a quien entiende y puede explicarlo. No se entiende bien el visible viraje del presidente Javier Milei respecto de la relación que debe construir la Argentina con China. El gigante asiático pasó de ser “un país comunista” con el que no se debería negociar a una nación con la que conviene negociar “porque no te exige nada a cambio”.
Néstor Restivo es un periodista largamente especializado en economía y comercio internacional, que desde hace más de veinte años puso en marcha un sitio periodístico dedicado exclusivamente a analizar la relación entre China y la Argentina, llamado DangDai. A él recurrió el programa Colonia Agropecuaria para tratar de entender tan particular viraje.
“Es tan difícil entender a China como entender a Milei”, respondió Restivo ante la primera pregunta.
Luego siguió: “Me parece que está claro que el cambio abrupto de opinión de Milei, con el que ya se venía especulando porque también hay un rumor de que viajaría la presidenta en ejercicio, como le suelo decir que es la hermana Karina Mileiu en noviembre, a una reunión muy importante que es una feria de importaciones”.
“Ya había señales de que había algún cambio en el discurso en Naciones Unidas de Milei, donde le pegó a todo el mundo menos a China, como que estaba habiendo una mayor racionalidad a medida que Argentina se está quedando sin divisas y no aparece ninguna inversión en ningún lado. Entonces, como dice el dicho, la necesidad tiene cara de hereje, me parece que es lo que explica esta idea de presidente de que va a viajar en enero”, añadió.
Para Restivo, la gira anunciada por el presidente argentino “es una visita un poco rara porque, si bien seguramente cuenta con el guiño y con la invitación de China, por supuesto, no es un viaje a visitar a Xi Jinping, aunque si fuese a China seguramente alguna tarea oficial va a ver. Pero encontró la excusa con este encuentro que suelen hacer las CELAC, o sea los países latinoamericanos y caribeños más China, que se reúnen todos los años en diferentes lugares, alternando China y América Latina. Me parece que la razón es esa, ir a buscar plata y atraer inversión.
-¿Se puede prescindir de China siendo Argentina?
-No, definitivamente no. Pensemos en el comercio, pensemos en las finanzas, pensemos en las inversiones. Como comercio, hace rato es el primer socio comercial, a veces el segundo, disputando con Brasil, y ahora hay una anomalía en estos meses, como todas las anomalías que hay en la economía de Milei, que es una economía que al 2023 tenía infinidad de problemas, pero que ahora tiene, en mi opinión, muchos más, y está mucho más desordenada. En ese desorden, entonces hay meses que China cae a cuarto o quinto puesto como socio comercial. Pero está claro que si tomas de 2004 en adelante, 20 años, China fue creciendo, creciendo, creciendo, y hoy es fundamental para muchos sectores, empezando por el agro.
-¿La relación es solo comercial?
-No. En tema de inversiones, si uno ve el stock histórico de inversiones de la Argentina, por supuesto Estados Unidos, Europa, por larga tradición, más de un siglo, claro, aparecen todavía primero por automotrices, por bancos, etc. Pero en los últimos 20 años, las mayores inversiones vinieron de China. Y en el tema de finanzas está nada más y nada menos que el swap que China le viene perdonando la vida a Argentina, este crédito entre bancos centrales, que al haber sido usado por parte de Argentina, requiere un pago de intereses, como cualquier otro crédito, y si tuviese que pagarlo, sería un golpe durísimo para la gestión de Caputo y para el gobierno en general. Entonces no se puede prescindir de China por ninguno de esos aspectos.
-Me imagino que tampoco es tan cierto eso de que los chinos no exigen nada a cambio, como dijo el presidente.
-Una estupidez. O sea, no hay país en el mundo que no exija nada a cambio. Es cierto que una gran diferencia que hay entre China y los prestamistas multilaterales, tipo FMI, tipo Banco Mundial, pero sobre todo el esquema de posguerra de créditos internacionales de la banca internacional occidental y sobre todo del FMI, es un dispositivo que ha sido tremendamente tóxico para Argentina y para cualquier otro país que se endeudó. Porque como bien sabemos, exigen reformas internas de jubilaciones, de docente, de seguridad social, de qué tiene que hacer y qué no tiene que hacer el Estado. Sinceramente no hay constancia de que China lo aplique en ningún lado, pero tampoco los acuerdos son gratuitos. Por empezar, hay devolución de créditos, hay tasas de interés, que pueden ser más baratas y sin cargos usuarios como las de Occidente, pero existen tasas al fin. Y por otro lado hay muchas veces cláusulas cruzadas. Es decir, yo hago una inversión fuerte en un sector, pero te pido no que me des, pero sí que me habilites participar en otras cuestiones. China está en una disputa geopolítica muy clara con Estados Unidos, hay áreas en nuestro país y en América Latina que cuando puede Estados Unidos se les veda, como el temas nuclear, tema manejo de ríos y de puertos, en fin, algunos otros sectores estratégicos. En eso se había avanzado en negociaciones con China. Eso hoy está muy difícil en este contexto. También hay que entender que el viaje de Milei en enero, si se concreta, ya va a haber un nuevo presidente o presidenta de Estados Unidos y ya va a haber un panorama más claro de cuál es la postura, eso hay que tenerlo en cuenta. Pero cosas a cambio pide China, nadie regala nada en el mundo. Es una de las tonterías que dijo el presidente.
-China no pide, pero tampoco da. En el caso del agro, por ejemplo, hay un montón de frigoríficos esperando lista la aprobación sanitaria, hemos controlado la gripe aviar, pero sin embargo China demora la reapertura del mercado a los pollos argentinos. La relación también se mide en lo que no te cede China.
-Por supuesto, no es un negociador fácil, lo que pasa es que hay que entender también los problemas de Argentina. En la medida en que Argentina tenía un presidente que hasta ahora decía que China era lo peor que había, el comunismo que se come a los chicos crudos… Más allá de mantener latente una relación que a China le interesa mucho, como es la relación con Argentina por agroalimentos, por minerales, como con otros países, son críticos para China tener buena relación con esos países hacia el futuro, por el agua. Tampoco es que le va a ser fácil las cosas, pero si Argentina tuviese una continuidad se habría avanzado con cosas. Ahora, si se altera todo eso, hay que empezar todo de nuevo, y el juego burocrático en China es muy fuerte. Es cierto que el tema aviar y muchos otros están frenados, Hay países que han logrado una mayor continuidad o acuerdos más previsibles, el caso de Chile es famoso con las cerezas, o algunos otros, Brasil, por supuesto. Es más fácil para ellos habilitar esas exportaciones. Un país que entra a los BRICS y después se va, que dice que no va a hacer negocio con China y después sí. En fin, es muy difícil trabajar con la incertidumbre argentina.
Los chinos tienen la oportunidad ante un Milei rendido a sus pies y no la van a desaprovechar