Si bien la región de Cuyo es por excelencia la productora de vinos de nuestro país, en los últimos años muchas regiones se fueron anexando, como la Patagonia, Córdoba, Entre Ríos, el NOA, o la costa bonaerense.
De acuerdo a lo que cuenta la historia, estas regiones vitivinícolas que hoy parecen exóticas y le siguen el ritmo a Mendoza, no eran vistas así. Es que vino se hacía en toda la Argentina, siempre y cuando las condiciones ambientales lo permitan, hasta que en 1934 el presidente Agustín Justo dictó la Ley 52.137 estableciendo la prohibición de producción y comercialización de vino en todo el país con excepción de Cuyo y el norte andino.
Por suerte esa ley ya no está vigente, perdió validez en 1993, y hoy muchas provincias se anotan como productoras de vinos.
Entre lotes cultivados con soja, trigo o maíz, o ganadería, o a la vera del Paraná, hay unos 18 valientes que comenzaron a desarrollar la vitivinicultura en Santa Fe. Uno de esos 18 audaces productores es Marcos Bianchi, de la zona de Totoras, que en plena zona núcleo agrícola y otrora lechera, cultiva vides y elabora vino santafesino.
“Hemos hecho una apuesta acá en la provincia de Santa Fe, mi barco es medio loco, porque te ponés a pensar si acá se puede hacer vino, y si, ¿Cómo qué no?” relata el totorense.
Dejando ya de lado la historia y sus prohibiciones, hace poco tiempo se formó la Asociación de vitivinicultores santafesinos, que nuclea a los 18 emprendimientos, pero además tiene voz en la Coviar, la corporación a nivel nacional, y de esta forma se configura un polo propio en dicha provincia.
“Queremos mostrar una experiencia, más allá del vino”, comenta Bianchi, quien además agrega: “Tenemos acá la uva Marselán, que viene muy bien, tenemos los vinos blancos Chardonnay, un torrontés, eso está viniendo y se adapta mucho a nuestro suelo, hasta llegar a algún Cabernet Franc. Nosotros decimos, cuando vendemos un vino santafesino, que vendemos parte de la experiencia y no de un varietal”.
Bianchi explica en diálogo con Puesteros, programa radial de la región, que en su caso, todo comenzó hace 12 años, donde abrió un club de vinos. Eso llevó a experimentar con una planta como hobby atrás de la casa de su papá, y con el tiempo lo llevó a plantaciones completas. “Tenemos Ancellotta, Tannat, Malbec, Cabernet y torrontés, acá en la entrada de Totoras”.
Entonces, ¿Cómo es producir vides para luego vinificarlas en una provincia donde reina la agricultura extensiva? Bianchi responde: “Eso fue un desafío muy grande. Por ejemplo, el viñedo que está en Carreras, tuvo que plantar de vuelta, porque andaban fumigando ahí cerca y, bueno, perdió todo. Volvió a plantar, perdió de vuelta. El mismo problema también tuvo el viñedo de Arteaga, tuvo problemas por lo mismo. Nos hemos encontrado, por ejemplo, esta campaña, este año, cuando tuvimos heladas allá por octubre, noviembre, donde quedamos medio aturdidos por esas heladas, y la sequía”.
La cuestión de las aplicaciones en campos cercanos parece ser el problema agronómico más importante por estos días para desarrollar la actividad de forma completa, ya que dice el productor que los suelos son muy buenos para las plantas.
“Estudiando, cómo viene la planta, renegamos con las hormigas, los pájaros, se reniega también con el clima, que es distinto a la zona de Cuyo, las cotorras, se reniega con lo totalmente opuesto a lo que es Cuyo. Es totalmente distinto”, dice Bianchi.
Además, el flamante viñatero agrega: “Tenemos ingenieros agrónomos que nos están guiando, tenemos tecnólogos, que son de acá de la provincia de Santa Fe, que se fueron a estudiar a Mendoza. y comparten las ideas y se basan en lo que es nuestro suelo”.
-¿En Entre Ríos hay una explosión de la actividad, con muchos productores y muchas bodegas, eso les da impulso a ustedes al estar tan cerca?
Gracias a Entre Ríos, estamos juntos trabajando con ellos. Tenemos cursos de capacitación conjuntos, donde sacamos números de costos, que es un punto muy importante, porque hay gente que es de bodegas familiares, y nunca han hecho unos números. Con los números y los costos que hay hoy por hoy, es imposible mantener una finca.
-¿En qué les ayuda ser miembros de una asociación de vitivinicultores?
La asociación es para que ya hoy por hoy tengamos una chapa donde con eso podemos representar todos los viñedos, de forma legal, los que están inscriptos, y demostrar cuál es el producto nuestro, a través de la asociación. Nosotros le damos un curso de capacitación a los distintos viñedos, o a la gente que se va a asociar. Podemos comprar insumos en conjunto. Hacemos posible que vos puedas comprar poca escala y al mismo precio que se compraría algo mucho más grande.
-¿Hay bodegas en la provincia?
No, todavía bodega, no hay acá en Santa Fe. Sí, hay viñedos, que ya están registrados, que están vendiendo su vino, su línea. En mi caso lo hacemos de forma tradicional. Estamos haciendo muchas pruebas, viendo los varietales.
La radiografía del vino santafesino aún está incompleta, pero gracias a estos nuevos pioneros la intención de crecimiento está intacta. Seguramente la lista de los 18 valientes que cultivan vides rodeados de agricultura extensiva sea más grande con el tiempo, florezcan bodegas, y la provincia podrá decir que posee otra actividad pujante, la del vino santafesino.
Y que sucede con la deriva de las fumigaciones agrícolas de los campos vecinos ??
Imposible controlarlo..
Sin duda, las aplicaciones de 2,4 d en campos vecinos o cercanos, les va a afectar la produccion.
Son mucho mas q valientes!