Enrique Erize, director de Nóvitas, es uno de los mejores analistas argentinos de mercados granarios y alimentarios. En el presente artículo expone los fundamentos a partir de los cuales puede esperarse la continuidad del mercado alcista, aunque en un entorno muy volátil, para los granos gruesos por un buen tiempo.
Como ya hemos aprendido, “Chicago queda en EE.UU.”. Eso significa que las cotizaciones en dicha plaza evolucionan al compás del “termómetro” que representa el indicador stock/consumo en esa nación.
Las evidencias sobran. En el gráfico de la izquierda, que muestra la “pizarra” de la soja en Chicago desde 1990 hasta la fecha, puede verse que en cinco ocasiones de los últimos treinta años los precios experimentaron un “rally” alcista muy fuerte (el último iniciado en agosto del año pasado). Cuando se verificaron, fueron la respuesta de Chicago para evitar el desabastecimiento interno, por lo que podríamos calificarlos como “picos de racionamiento”.
En este gráfico podemos ver el peligroso nivel al que llegaron las reservas de soja en EE.UU. en esas ocasiones. Ahora bien, en los tres primeros “rallies”, la duración de las alzas fue relativamente fugaz (en promedio, duraron cinco meses). En cambio, el cuarto “rally”, que se registró en 2012/13, duró aproximadamente dos años. Ahora, que estamos experimentando el quinto “rally” en treinta años, surge la inevitable pregunta: ¿Será fugaz como los tres primeros? ¿O se asemejará al cuarto?
Estamos en la mitad del ciclo comercial estadounidense 2020/21, el excedente exportable de EE.UU. está virtualmente agotado. No sólo en soja. En maíz también. Por consiguiente, tendríamos cuasi garantizado que el “rally” actual llegaría hasta que la nueva cosecha tranquilice los ánimos de la demanda interna estadounidense.
En efecto, en semanas comienza la siembra de la campaña 2021/22 y ello podría traer algún alivio a la situación. Sin embargo, las proyecciones realizadas hace poco más de un mes por los técnicos del USDA –con su economista jefe a la cabeza– parecieran indicar que ello no va a suceder.
En los siguientes cuadros se muestra que, aun con hipótesis muy optimistas, la relación stock/consumo en EE.UU. se mantendrá en niveles similares a los actuales por, al menos, otro año más. Así, en principio, la duración del actual “rally” pareciera plantear un comportamiento asimilable al cuarto de la serie descripta.
Pero es importante observar que los técnicos del USDA plantean para el nuevo ciclo un aumento del área a sembrarse con maíz de 400.000 hectáreas y, en el caso de la soja, de ¡2,8 millones!. A su vez, plantean rindes de tendencia y, por consiguiente, sostienen la hipótesis de que las nuevas cosechas de maíz y de soja serían récord en EE.UU.. Toda una apuesta que pareciera no ajustarse a las proyecciones climáticas que la agencia climática de esa nación (NOAA) pronostica para los meses críticos que las definen.
Mientras tanto, los volúmenes de oferta por parte de los países competidores de EE,UU., tanto en soja como en maíz, tampoco permiten avizorar la posibilidad de una “ayuda” que genere tranquilidad al país del norte.
El fenómeno de La Niña ha recortado la oferta argentina de maíz y de soja, al tiempo que el exceso de lluvias permite suponer que nuestro vecino, Brasil, finalmente también mostrará recortes en la cantidad cosechada de soja y maíz, con problemas de calidad en la oleaginosa que también pesarán en el contexto del comercio global.
A su vez, es importante destacar el significativo ritmo de ventas que se está verificando en Brasil (similar al intimidante número del año pasado, que derivó finalmente en la necesidad de importar soja) como consecuencia de los atractivos precios internacionales y la devaluación del real.
Para productores que evolucionan con una inflación anual inferior al 5%, los precios en reales por tonelada son literalmente alucinantes. Luego de vender su soja durante ocho años a un nivel de 1200 reales/tonelada, la cotización actual de la misma es de 3000 reales.
El año calendario 2020 fue testigo de grandes cosechas en Argentina, Brasil y EE.UU. y las cotizaciones “volaban” en simultáneo. Un año de oferta abundante y continua como pocas veces se haya visto. Y del lado de la demanda no se visualizan actitudes que permitirían sospechar sobre una ralentización de la misma.
Por el contrario, hasta los especialistas de muy conocidos bancos de inversión estadounidenses, como Goldman Sachs y JPMorgan, por ejemplo, suponen un aumento sustantivo de la demanda china de maíz para este año. Dicho comportamiento también se manifestaría en otros granos forrajeros (sorgo y cebada), mientras que las importaciones de soja por parte de China mantendrían la “vitalidad” evidenciada en los últimos años.
En definitiva, el cuadro de situación que uno puede imaginarse para el balance de oferta y demanda estadounidense del presente ciclo y del 2021/22 pareciera abonar la teoría de una plaza firme por un período interesante. Obviamente, en un contexto de volatilidad.
El ingreso al circuito comercial de la oferta sudamericana, aunque con algunas mermas, pesa en la plaza. También la evolución de otros factores que también han colaborado en lo visto desde agosto a la fecha. Entre ellos, es muy importante mencionar a la paridad del dólar frente a otras monedas, el rol de los “fondos de inversión” especulativos en Chicago, la tremenda emisión monetaria generada durante la pandemia y la correspondiente caída en las tasas de interés.
Ahora bien, declarar que Chicago subió en el segundo semestre del año pasado por la debilidad del dólar como gran fundamento, es de una tremenda simplificación. La “voracidad china” tiene una cuota de responsabilidad casi excluyente en dicho comportamiento. Es nuestra opinión que los mercados tienen sus tiempos y hay que ser cautelosos al respecto. Luego de cinco meses de alzas en las cotizaciones en Chicago tan justificadas como brutales (agosto a diciembre del año pasado), la evolución de los últimos dos meses es muy razonable.
Ahora, en un par de semanas, entramos de lleno en el tradicional “mercado climático” estadounidense, en el cual el avance en las tareas de siembra en EE.UU. marcará el compás de las cotizaciones por tres meses (abril/mayo para el maíz y mayo/junio para la soja), para luego finalizar en los críticos julio (floración de maíces) y agosto (llenado de granos en soja). Volatilidad garantizada, sin dejar de mirar de reojo a China y a los países del sudeste asiático.
Enrique, muy bueno!!!
este “guru” fuen quien dijo en la pre campaña 2021 (alla por abril-mayo 2020) que sembrar maiz era “poner la cabeza en la guillotina”…..!!! lo que demuestra que “uno de los mejores analistas argentinos” es un magnifico chanta. Menos mal que respete mi rotacion !! y no le hice caso !!
cuando se haran cargo estos farsantes de las ganzafdas que dicen ??? (igual que Tonelli, Zorraquin, Tetaz, Distefano y toda esa manga de charlatanes)