Oscar Montenegro, al que desde chico le dicen “Kakuy”, nació y se crió en el paraje El Pértigo, a solo 12 kilómetros de Weisburd, hacia el centro este de la provincia de Santiago del Estero. Hoy reside en ese pequeño poblado de 4.000 habitantes ubicado a 38 kilómetros al noroeste de la ciudad de Quimilí. Allí produce carbón vegetal en un total de 10 hornos ubicados en las afueras del poblado, monte adentro.
Oscar recuerda que era niño y su padre, Arturo, era peón forestal hasta que pudo ir construyendo sus propios hornos de carbón al costado de su casa en El Pértigo, con lo que mantuvo a su familia durante el resto de su vida. Fue así como aprendió el duro oficio de carbonero.
Trabajó junto a su padre hasta 1985, cuando decidió ir a trabajar a Buenos Aires, en cuatro metalúrgicas y llegó a tener su propio comercio. Regresaba todos los años a visitar a sus padres y en uno de esos viajes, en 1995, le ofrecieron el puesto de encargado de un campo. Se quedó. Porque extrañaba su pago y de paso, para acompañar a su padre, que falleció dos años después. Se casó, comenzó a tener hijos y necesitó mudarse a Weisburd para mayor comodidad de su familia. Poco a poco fue ahorrando hasta que en 2002 pudo independizarse con sus propios hornos de carbón.
Mirá la entrevista a Kakuy Montenegro:
-¿Podés contarnos cómo se produce el carbón?
-La elaboración del carbón requiere mucha mano de obra. Yo doy trabajo a varias familias. Lo primero, es ir al monte a buscar leña, en tractor o camión, con la gente arriba para cortar y cargar. En Santiago del Estero elaboramos carbón de leña, en base a una mezcla de cuatro maderas duras: quebracho blanco, algarrobo, itín y guayacán. Del quebracho blanco resulta el mejor carbón, porque es el que más dura y que, al llegar la mezcla a Buenos Aires, algunos lo separan allí y venden como carbón especial. Pero a la calidad del carbón se la da el tiempo que se quema la leña. Algunos, la queman en poco tiempo, con apuro, por necesidad, pero eso le baja la calidad.
-¿Por qué el horno tiene tantos agujeros? ¿Son al azar?
-Al horno le ingresamos leña gruesa y también fina, bien lleno. El horno tiene varios orificios: dos bocas grandes, en lados extremos, a la altura de la base, una por donde se lo carga, y la otra para vaciarlo cuando esté listo el carbón. Más una tronera o pico, en la parte superior, en su centro. Además, varias ‘humeras’, en los costados, a un metro de la base. Y más abajo, otros orificios del mismo tamaño que las humeras, que se llaman vizcacheros. Se carga con 40 metros cúbicos de leña, que es la capacidad de los hornos que yo tengo. La boca por donde se cargó el horno, se tapa con barro. La del lado opuesto, se tapa, pero no toda, porque se deja una parte libre por donde se encenderá el fuego.
-¿Y hay una técnica para quemar la leña, un manejo del fuego para evitar que todo quede en cenizas?
-Se enciende un pequeño fuego que va tender a subir por el centro y al llegar a arriba, comenzará a expandirse hacia sus costados e irá quemando la leña hacia abajo, lentamente, con una especie de fuego negro –así le llamo yo-. A la media hora de haberlo encendido, se tapan las dos bocas grandes con barro. Se le deja libre el pico de arriba y las humeras, por donde se regulará el aire. Cuando hay viento se deben ir tapando algunas o tapando el pico.
-¿Y cuánto tiempo permanece encendido un horno?
-El quemado de toda la leña dura entre 8 y 12 días, para que resulte un buen carbón, de calidad, porque si se lo quemara en menos tiempo, le quedaría un carbón livianito. Y a ese, lo pagan menos. Una vez que se termina de quemar toda la leña, que la última es la de más abajo, hay que tapar todas las humeras y el pico de arriba, para ahogar el fuego. Se deja enfriar la leña durante 5 o 6 días y al horno se lo se lo baña por fuera para enfriar más rápido. Luego se saca el carbón con una trilla. Y finalmente se lo carga suelto en un camión, porque yo lo vendo ‘a granel’ y lo embolsan en Buenos Aires.
-¿Y quién hace los hornos de carbón?
-Se contrata a un albañil especializado en hacer hornos de carbón, porque no cualquiera sabe hacerlos. Los que saben, tardan una semana de trabajo. Otros, lo hacen en menos tiempo, pero después no duran lo suficiente. Los hacen con ladrillo y barro.
-¿Trabaja mucha gente en esta actividad?
-Primero necesito contratar a una persona que limpie las plantas en el mismo monte para que pueda ingresar el motosierrista a voltear. Luego, regresa el limpiador a ‘limpiar’ la planta volteada y eso se llama ‘deschampe’. Después, el motosierrista troza la planta. Se amontona la leña para que entre el tractor o el camión a buscarla. Para eso, unos con hacha y machete van despejando y hacen la ‘picada’ o camino. Contrato a 3 o 4 personas para cargar en el monte y descargar al lado de los hornos. Luego hay otra cuadrilla que carga los hornos y se contrata a un ‘quemador’, que es el que sabe el secreto de encender el horno y controlar el fuego para que la leña se queme bien -en mi caso, lo hago yo-. Y ahí viene la cuadrilla para retirar el carbón de los hornos y luego otra, para cargar el camión que lo llevará a Buenos Aires.
-¿Por qué no tenés todos los hornos en un mismo lugar?
-Porque le alquilo el campo a la gente para sacar leña y siempre me conviene armar los hornos ahí mismo, o si ya tienen hornos, se los alquilo, porque el flete está cada vez más caro. Además tengo éstos que Usted ve, porque no todos me permiten hacer hornos en su campo. Hoy debo ir a buscar leña a casi 30 kilómetros de mi pueblo. Y cada vez debo ir más lejos.
-¿El trabajo de carbonero tiene una temporada alta?
-Se trabaja en invierno. En verano, no se puede andar por acá. Mucha gente cree que en invierno es cuando más se consume carbón, pero no, es en verano. Es entonces cuando más demanda hay y suele escasear. Y es cuando lo podemos vender a mejor precio.
-¿Y qué consejo le darías a los que hacemos asados sin saber nada sobre el origen del carbón?
-Que compren carbón de Santiago del Estero, que es muy bueno.