A fines de 2008, por medio del decreto 2014, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner creó un programa (“Refinación Plus”) destinado a incentivar la construcción de nuevas refinerías de petróleo y la ampliación de la capacidad de refinación de las plantas existentes. Era la época en que también se diseñaban programas como el Maíz Plus o el Trigo Plus, que jamás se aplicaron.
El régimen para los petroleros, en cambio, estableció para aquellas empresas que lograsen incrementar la producción, el otorgamiento de certificados de crédito fiscal transferibles aplicables al pago de derechos de exportación de productos hidrocarburíferos.
Pero ahora, por medio del decreto 722 publicado en el Boletín Oficial y firmado por Alberto Fernández, Juan Manzur y Martín Guzmán, se determinó que ese beneficio o crédito fiscal podrá ser empleado hasta el 31 de diciembre de 2022 para abonar derechos de exportación de ventas externas de trigo, cebada, maíz, sorgo, poroto, aceite y harina de soja, pellets de cáscara de soja, aceite de girasol y algodón sin cardar ni peinar.
La principal beneficiaria de la medida será la compañía petrolera estatal YPF, que en los primeros nueve meses de 2021, según datos oficiales, exportó 87.164 toneladas de trigo, 330.852 de maíz, 7400 de soja y 5000 de cebada, además de 584.068 toneladas de harina de soja, 127.943 de aceite de soja y 5000 de aceite de girasol.
YPF recibe granos como canje por insumos agropecuarios (fertilizantes, lubricantes, gasoil, agroquímicos y silobolsas) ofrecidos en su red de distribuidores regionales. La soja recibida, en el marco de acuerdos con industrias aceiteras, es en su mayor parte procesada para obtener harina y aceite de soja.
La medida representará una ventaja competitiva importante por parte de YPF respecto del resto de las empresas agroindustriales, que deben abonar derechos de exportación sin posibilidad de compensación fiscal alguna.
En los fundamentos del decreto 722 se indica que “resulta razonable ampliar temporalmente la base de aplicación del pago a cuenta para permitir la cristalización del incentivo originalmente pensado y extender la aplicación de los certificados de crédito fiscal al pago de los derechos de exportación de otras mercaderías provenientes del sector agrario argentino, las cuales son recibidas por las empresas del sector hidrocarburífero en operaciones de canje por la comercialización de gasoil en el mercado interno”.
Y se remarca que “esta medida promueve e incentiva la actividad agraria y las economías regionales y motoriza la exportación al permitir la monetización inmediata de un crédito fiscal en la cuantía de sus derechos de exportación, que en esta actividad resultan sustancialmente mayores a los derechos de exportación de hidrocarburos”.
Adicionalmente, se señala que “esta disposición temporal coadyuva a una mayor generación de divisas provenientes de la exportación, efecto colateral sumamente relevante en los tiempos de crisis que atraviesa el país”.
Bonus track: los pequeños productores de soja siguen esperando que el gobierno nacional termine de abonar el último tramo de las compensaciones destinadas a devolver una pequeña porción de lo abonado en concepto de derechos de exportación. Del Maíz Plus y el Trigo Pluas que anunció Cristina Kirchner hace largo tiempo ya se cansaron de esperar.