José María Lazara comenzó en 1978 con su actividad como bróker de productos agroalimentarios argentinos. En estos 46 años de trayectoria conociendo los diferentes mercados en los que hace negocios, adquirió una experiencia y un reconocimiento, que lo hacen voz autorizada para hablar de comercio de distintas producciones argentinas, como legumbres o maní.
Lazara además tuvo una larga trayectoria en puestos gremiales industriales tanto en Argentina como en Sudamérica en el mundo de las legumbres, y hasta llegó a formar parte de la comisión directiva de la COPAL, (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios), organización empresarial que nuclea y representa a casi la totalidad de los sectores que conforman la industria de alimentos y bebidas de Argentina.
Aprovechando el vasto conocimiento de la industria y los mercados a los que Argentina exporta, Bichos de Campo entrevistó a este referente de la comercialización en un evento sobre maní, producto y cultivo con el que Lazara trabaja hace décadas, con el objetivo de conocer la inserción que tiene este producto en el mundo, y su tan mentada calidad extraordinaria.
Por empezar, el especialista reafirma que el maní argentino goza de buena y merecida fama. “Argentina exporta prácticamente el 95% del maní que produce. Esto implica que, en términos generales, Argentina probablemente no es el principal productor del mundo, pero sí es el principal exportador del mundo. Si tomamos en cuenta dónde exporta el maní a Argentina, ese es un punto muy importante, porque Argentina exporta el 70% del consumo de la Unión Europea, que es el mercado más estricto en términos de calidad del mundo”.
Para el histórico bróker, esta ecuación entre calidad y cantidad, se manifiesta con las visitas que llegan desde diferentes puntos del mundo a las plantas argentinas para ver y conocer el proceso industrial. “Argentina tiene un papel preponderante. Este año tiene una muy buena cosecha. Yo calculo que vamos a estar exportando arriba de 700.000 toneladas. Es un valor de arriba de 1.000 millones de dólares, lejos, lo cual significa que ocupa un espacio muy importante. Y además tenés que agregarle la diversificación de mercados”.
Mirá la entrevista:
Respecto de los valores que se pagan por el maní afuera, y la fama que se generó alrededor del producto argentino, Lazara reafirma: “El autobombo lo hacemos con orgullo, pero la hacen los demás. ¿Y en qué se exterioriza que los demás piensan que es la mejor maní del mundo? En el precio que pagan. Es decir, generalmente el maní argentino como tal, en la mayoría de los casos, es el maní más caro del mundo. Las principales industrias del mundo, alemanas, inglesas, holandesas, francesas, españolas, compran el maní argentino por el sabor, Por tanto, sí, es un ejemplo a seguir”.
Entonces, como José María es especialista en comercialización, industrialización, y también producción, le preguntamos si cree que es posible que este modelo de eficiencia del maní, y su buen funcionamiento, se pueda replicar en otras cadenas productivas.
Sobre el tema, Lazara responde: “El paso uno es la integración de los sectores para hacer clústers del producto. Yo te diría que hay muchas cosas que la opinión pública, y debo decir que lamentablemente muchos funcionarios de todos los gobiernos, ignoran. Que es la importancia que tienen a nivel internacional ciertos sectores de economías regionales. Yo te puedo hablar ahora de legumbres secas un minuto. Poroto. Argentina exporta el 96% de los porotos que produce. Estamos hablando de un volumen anual, aproximadamente, depende de cada cosecha, de medio millón de toneladas. Estamos hablando de otros mil millones de dólares. Y está limitado su producción en el NOA. Es decir, Salta, básicamente. Es extremadamente profesional”.
En este punto de la charla, Lazara argumenta con ejemplos: “El poroto blanco argentino, llamado alubias, es el poroto blanco más caro del mundo. Es el más caro del mundo y el más buscado del mundo. Y estamos hablando que Argentina exporta 150.000 o 200.000 toneladas de poroto. Tiene una cámara bien organizada, un clúster bien organizado. Hay que hacer una logística desde Tartagal, Oran, hasta el puerto de Buenos Aires. Créemelo que no es fácil. El flete de Salta a Buenos Aires, es más caro que el flete de Buenos Aires a Europa”, explica el especialista haciendo referencia a las trabas que según entiende el, ponen algunos sindicatos y que tiene que esquivar el clúster para profesionalizarse.
A su vez, Lazara argumenta su postura de la ignominia política respecto a lo que Argentina produce y exporta: “El maíz pisingallo, el pochoclo, el popcorn. Argentina es por lejos el principal exportador del mundo. No sé si alguien lo tiene claro. Una cosecha promedio de 150.000 toneladas, y el segundo que es Estados Unidos, exporta 70 mil. El maíz pisingallo está producido en Buenos Aires, Córdoba, etc. Y exporta probablemente el 90% que produce. Es decir, hay mucha riqueza que se está produciendo, y exportando, y que se ignora”.
De ahí surge una gran narración de Lazara, quien a principios de su carrera se preguntaba qué era finalmente una economía regional, algo que según él hasta estos días sigue en veremos.
– Es un debate que se revivió en el último tiempo, porque muchas economías regionales decían, yo soy economía regional, yo no. Y no se sabe muy bien, cuando se habla de economías, a quién se le ponen, por ejemplo, retenciones y a quién no, quién entra y quién queda afuera.
– Esto pasa porque desde el nivel superior, que es el gobierno, no hay algo tan elemental como una clara definición de qué es una economía regional. Yo tengo un amigo, muy amigo, que no voy a nombrar, de empresas multinacionales, que me dice, bueno, yo produzco… Bueno, sí, es una economía regional. No, pará, porque la lechuga de Escobar no es una economía regional. Es elemental, porque a partir de que el gobierno define, esto es una economía regional, le dan los parámetros para hacerlo, luego vos podés aplicar las medidas necesarias para una economía transversal, economías regionales. Me acuerdo que escribí una vez un artículo en un diario, hace muchos años, que yo decía, son economías regionales, , o son economías marginales. Obviamente, un poroto en Orán es una economía regional, pero ¿hasta dónde llega la economía regional? ¿Cuál es la extensión geográfica? ¿Qué significa la palabra región en todo esto? Es algo muy elemental lo que estoy diciendo, y sin embargo, hasta hoy si la hay, no la conozco.
– ¿La lechería es un ejemplo de esto?
– Hay mucho debate, yo te hago esta pregunta, pero tengo otra pregunta para inducir al debate. La soja, evidentemente, no es una economía regional. Ahora, yo te pregunto, si la soja se produce en Salta, ¿qué es? Entonces, no defino, yo digo, nos perecemos ese debate, pero quien tiene que poner las reglas del debate, quien tiene que poner los conocimientos, la información, es el gobierno, es el otro, el que viene, el que fue. Y en el Estado tiene que decir, señor, estas son las que se definen para economías regionales. A partir de ahí, mi propuesta es hacer una política dirigida, más allá de impuestos, no impuestos, una política dirigida a economías regionales. Es mucho dinero que se mueve.
– Ejemplos de hacer las cosas bien, hay, lo que falta es verlas.
– Conocerlas. Yo te diría que, bueno, a mí me parece que, siempre he dicho, lo mínimo que debería haber es una Secretaría de Economías Regionales, gente específica que estudie el tema, o sea, gente que esté absolutamente focalizada. Hay quien dice que tenemos 25 economías regionales, cierto funcionario te dice que tenemos 18, otro te dice que tenemos 14. Pero aparte, ¿Cuántos puestos de trabajo dan las economías regionales? Porque aparte de la economía regional, tiene una virtud que no tiene ninguna economía, que te da los puestos de trabajo en la zona de producción, que es el único recurso de trabajo de esa zona. Si no vas a llenar cada vez más la migración al área industrial de Buenos Aires, Rosario, porque no tienen una fuente de trabajo en sus orígenes. En cambio, vos estás sembrando cientos de miles de hectáreas, poroto en Salta, y estás dando trabajo en el origen. El señor no va a venir a Buenos Aires, a Rosario, a hacer una changa para sobrevivir. Ahí la importancia de la economía regional es, primero, como fuente de trabajo en los orígenes, segundo, como expansión de fronteras agropecuarias. Porque la economía regional te expande la frontera agropecuaria del país.