El lugar que eligieron es maravilloso: una vieja finca de nogales ubicada en un pueblo de ensueño llamado Sañogasta, en la Rioja, cerca de Chilecito y a los pies del Famatina. Allí ya implantaron algunas líneas con plantas de cannabis para aceite medicinal, cuya primera cosecha se realizó hace algunas semanas. La fecha coincidió con la inauguración de la primera finca para turismo cannábico de la Argentina.
Son ocho los monos. Son ocho socios y amigos que integraron una empresa llamada UNGE.
“Somos un equipo interdisciplinario de profesionales dedicados y capacitados en brindar servicios integrales de Management y Gestión de cultivos de Cannabis sativa L. Creemos en un desarrollo productivo sustentable, enfocado en Buenas Prácticas Agronómicas (BPA) y ambientales. Formamos parte del desarrollo de una industria en pleno auge, generando impacto positivo en varios entornos, lo cuál nos convierte en una empresa de triple impacto. Como lo son el económico, social y ambiental”, se presentan los chicos en la página web de la empresa UNGE.
¿Por qué se llamará así el emprendimiento? En la entrevista con unos de los socios, Nicolás Vitullo, Bichos de Campo decidió dejar abierto la intríngulis para que sus lectores jueguen un rato pensando.
Mirá la entrevista con Nicolás Vitullo:
“Bienvenidos. Somos ocho emprendedores de Córdoba, un grupo de jóvenes emprendedores de entre 30 y 35 años. Esta la primera finca de turismo del país que se empieza a especializar en el turismo cannábico. Ya viene Latinoamérica avanzando. En Uruguay hay algunos proyectos y también en Colombia, pero en Argentina seríamos los primeros”, nos recibe Nicolás.
El emprendimiento de UNGE forma parte del cluster del cannabis ideado por el gobierno de La Rioja a través de su empresa controlada Agro Genética Riojana, que este año ha distribuido por primera vez a productores privados (como este grupo de chicos) plantas de cannabis de sus propios invernaderos para que sean implantadas a campo. La idea riojana es que la materia prima salga de la región con valor agregado, ya sea convertida en aceite o ya sea en servicios conexos. El turismo lo es.
¿Y en qué consiste la propuesta turística? Nicolás nos explica que su cultivo de cannabis, además de ser un producto final que tendrá fines medicinales, “lo vemos como un capital de exposición. Podemos brindar el servicio de venir a conocer una planta de cannabis, educarse en el cultivo y tener la experiencia como hace Mendoza con los viñedos. En lugar de un cultivo de vid acá hay cannabis”.
La propuesta de UNGE, en definitiva, es pasar un buen rato y de paso aproximarse a una de las nuevas alternativas agronómicas que está ganando terreno en la Argentina, a partir d ela liberación paulatina del cannabis medicinal y del cáñamo industrial, que son variedades de la misma planta pero que tienen un componente psicoactivo, el THC, en proporciones muy reducidas respecto de las plantas utilizadas para la marihuana.
-Entonces la idea es recibir a la gente que quiera conocer cómo funciona el cultivo, pero además pasar un rato lindo en el medio de este entorno maravilloso?
–Exactamente. Es una visita guiada al cultivo, en grupos de 10 o 15 personas, donde vamos a explicar todo el proceso productivo y agronómico de UNGE. Después completamos con la gastronomía y la coctelería que nosotros ya traemos desde Córdoba. Venimos con alguna experiencia en el rubro. Hace unos diez años que no nos dedicamos a rubro gastronómico, entonces decidimos hacer este mix de varias industrias.
La primera cosecha de las flores (que luego irían a Agro Genética, donde funciona un laboratorio para la extracción del aceite medicinal) se realizó a fines de mayo. En la finca se utilizaron tres variedades genéticas diferentes, para ir ensayando de paso cuál se adaptaba mejor al clima del lugar. En principio se cosecharon 250 plantas, pero la idea de los muchachos es ir creciendo de manera escalonada hasta llegar a 900. Algunas crecen “indoor”, es decir bajo techo, en una suerte de invernadero.
“Tenemos distintos ensayos agronómico. Hay donaciones a distintas ONG con las que vamos a probar distintos productos derivados, incluso comestibles. Pero principalmente se usarán para producir el primer aceite de cannabis provincial, que se llamará El Federal. Esta fue la primer cosecha, así que también es un ensayo para medir dónde estamos parados, cuáles son los parámetros y la calidad del producto para poder hacer un salto hacia la transformación de la materia prima”, explicó Nicolás.
-¿Y cómo llegaron desde Córdoba a este valle encantador de La Rioja?
-Venimos ya una experiencia previa en cannabis industrial en San Juan. Allí hicimos un proyecto donde se obtuvo una licencia, pero no se ejecutó. Luego, hace casi dos años, hizo un evento La Rioja y ahí surgió la oportunidad de poder desembarcar con un proyecto propio, privado y de financiación 100% hecha por nosotros.
Para conseguir el espacio, los chicos de UNGE hicieron un relevamiento en 50 fincas de la zona. Y finalmente se asociaron con el dueño de una finca de Sañogasta de 8 hectáreas, que tenía nogales en 6 hectáreas. Sobre las dos hectáreas restantes se expandirá el cultivo del cannabis medicinal. “Esta reunía todos los condimentos que necesitábamos incluyendo un balcón natural hacia el cultivo. No vimos nada parecido”, relató el emprendedor.
Ahora que inauguraron, los chicos están confiados en que tendrán una nutrida concurrencia de turistas. Están muy cerca de la Ruta 40 y de la famosa Cuesta de Miranda, y hay un montón de gente que recorre la región. “Creemos que el turismo es una política de Estado que derrama y genera empleo genuino, directo e indirecto. Nosotros somos la primera apuesta. Sabemos que hay otros proyectos con ideas, con ganas”.
¿Por qué se llamará UNGE este emprendimiento?
Buenos días!
Cuando pueda iré a conocerlos.
Trabajo en prevención de las adicciones desde hace 40 años, desde los últimos 5 vengo observando el uso de cannabis medicinal y debo actualizar mis conocimientos.
Los abrazo y felicito por su emprendimiento!