El pasado 24 de septiembre se levantaron las primeras cerezas de plantas ubicadas en una chacra experimental de la provincia de Jujuy, bien en el norte de la Argentina, y así se logró la victoria fugaz de tener en el país la cosecha de esa fruta fina más tempranera en el Hemisferio Sur.
Por supuesto se trata de un ensayo para ver las condiciones de cultivos en una zona inusual, ya que la cereza es un cultivo mucho más sureño: la superficie implantada se reparte entre Mendoza y las provincias de la Patagonia.
Según contó el sitio especializado PortalFrutícola, estos frutos primicia se lograron en un bloque experimental joven de 2 mil plantas de cerezos de distintas variedades, ubicados en un ensayo realizado por la empresa mendocina Güizzo Frutas Frescas SA.
Según Viviana Curzel, investigadora y directora del Centro de Investigaciones en Fruticultura de Jujuy, la producción de cerezasse adelantó en varias semanas a las producciones mendocinas y los campos chilenos de Ovalle, que recién están comenzando con la recolección por estos días.
En otros ensayos se demostró que también es posible adelantar la ventana actual de cosecha del norte de Mendoza y llevarla a las semanas 39/40, distinto a la fecha en que se ubican hoy entre las semanas 42/43 de cada temporada.
Si bien el estudio en Jujuy venía midiendo el comportamiento de variedades tradicionales como la Brooks y Lapins, Zaiger (Royal), Nimba y Pacific Red, fue precisamente la variedad Royal Lee, del programa genético Zaiger, la primera en estar lista para cosechar, con mediciones de sólidos solubles de hasta 21º Brix.
Sucede que el área de testeo, ubicado exactamente en la localidad de Monterrico, tiene condiciones óptimas para la producción de carozos ultra tempranos, de bajo a muy bajo requerimiento en horas frío y de ciclos cortos.
“Esta zona al interior y extremo norte de Argentina, ya destaca por producir duraznos ultra tempranos y cuenta con infraestructura para soportar su producción como protección anti heladas con microaspersión, entre otras. Además, existe tecnología poscosecha como packings con áreas de preenfriado y acondicionamiento de frío apropiado”, destaca el informe.
En el valle templado medio de Jujuy, el período efectivo de acumulación de horas frío en los cultivares de carozo temprano son mayo y junio. Por lo general, se acumulan entre 150 a 200 horas frío, con alta variabilidad según los años.
“Considerando los ciclos de algunos cultivares, aproximadamente 50 días de floración a cosecha y, a partir de los resultados que se visualizan a la fecha, con ajustes en manejos agronómicos específicos, se estiman posibles cosechas a partir de la última semana de septiembre y primeros días de octubre”, indicó la investigadora jujeña.
Por esa razón, el estudio de Curzel seguirá enfocado en mejorar las estrategias de entrada a la dormancia, ajustar el momento de la ruptura de la misma y optimizar la sincronización de las variedades, entre otros aspectos. Todo esto, con el fin de determinar los manejos agronómicos adecuados y determinar las variedades que manifiesten mayor adaptabilidad a la zona, ya destacada por producir duraznos ultra tempranos.
En este sentido, el estudio apuesta a conseguir frutos de alta calidad y dulzor dadas las características de la zona, pues los inviernos templados y cortos y un régimen de lluvias de tipo monzónico favorecen el cuajado, crecimiento y desarrollo de los frutos aptos para cosechas ultra tempranas.
Muy interesante el trabajo con cerezas tempranas