Domingo Gómez tiene una finca en Las Tapias (San Javier, Córdoba), donde hoy se dedica a la producción agroecológica de verduras junto a su familia y con la idea de, en un futuro, avanzar en la producción de frutas y de carne de pollos y cerdos también criados de manera respetuosa con el ambiente.
Durante esta pandemia a Domingo (foto) se le complicó la comercialización de sus productos y fue entonces cuando entró en escena Andrés Plager, vecino de la zona y perteneciente a la Iniciativa Latinoamericana del Paisaje, que trabaja entre otros temas con el concepto de “paisaje productivo”, que es aquel entorno rural que da beneficios económicos y, a la vez, tiene su propia cultura y formas de ser habitado.
Así, entre mate y mate, surgió la idea de armar los bolsones de productos para distribuirlos con previo pedido a través de un formulario online para que esta herramienta sumara a los aportes que todos hacen en las mejoras de la finca
Y, contrariamente a la idea de que iba a ser muy complicado o que nadie iba a llenar el formulario, la cosa funcionó: “Con los bolsones semanales hemos llegado a armar una red de productos de todo el Valle sin que el productor pierda ni un centavo, ya que la mercadería se vende al precio estipulado por el productor. Nosotros sólo somos un punto de conexión para ayudar a estos productores en medio de esta pandemia dado que en su mayoría comercializaban en ferias y eso se paralizó con el Covid 19”, dice Plager .
“Hemos hecho muchas cosas”, rememora Domingo. “En la década de los 90 éramos productores de aromáticas, pero las políticas de ese entonces nos llevaron a ir abandonando esa actividad y pasamos a recolectar huesos, aluminio, vidrio y hierbas medicinales para poder sobrevivir. En 2001 adquirimos un crédito donde se pudo acceder a una tela antigranizo junto al asesoramiento técnico de un ingeniero que el Gobierno nos brindaba para poder comenzar a producir verduras”.
A fines de 2008 comenzaron la transición a la producción agroecológica y desde 2011 trabajan sin ningún tipo de agroquímicos. “Fueron más de 2 años de aprendizaje y de errores”, dice Domingo. Hoy siguen trabajando con la Secretaría de Agricultura Familiar, en algunas ocasiones con el INTA y están involucrados con el movimiento de los trabajadores excluidos (MTE), que forma parte de la UTEP, Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular.
“Nuestro objetivo es llegar a adquirir nuestro propia tierra para producir, ya que nosotros pagamos alquiler”, explica Domingo. “También queremos tener nuestro local en unos de los principales centros urbanos y crear una escuela de agroecología para la formación y visibilizarían de la producción agroecológica, recuperando esos saberes de producción que mis padres y abuelo tenían”.
“En este contexto tan crítico debido al Covid 19 hemos logrado una logística en todo el Valle y hemos podido acercar a los productores y a los consumidores, en algunos casos hasta bajando el precio de los productos al no haber intermediarios; también se ha desarrollado el mercado local, se han generado economías más solidarias y más alimentos sanos, entre otros beneficios”, se entusiasma Plager (foto) y agrega:
“Trabajamos en un grupo liderado por la IFLA Américas, que es la Asociación Internacional de Arquitecto Paisajistas que tiene convenio con el IICA (Instituto Interamericano de cooperación para la Agricultura), por lo que estamos buscando financiamiento para mejorar y ampliar estas idea que es la del uso de tecnologías para acercar a productores y consumidores, como también en la difusión de los paisajes productivos, en su rescate y valorización desde varios aspectos como su cultura y soberanía alimentaria”.
La coyuntura provocada por la pandemia afectó las bocas de distribución de los productos agroecológicos, que eran las ferias, pero a la vez fue una oportunidad para ver que había otras posibilidades de servicio y logística para seguir vendiendo.
Hoy, además de verduras, los bolsones traen pastillas de propóleo, dulce de leche, mermeladas, bokashi (abono orgánico) caldo de ceniza (insecticida ecológico), quesos de cabra, aceite de oliva y hasta Fernet artesanal entre otros productos a elección.