Luego de 2 años de obra, y con una inversión de más 126 millones de pesos, el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) inauguró este martes en su enorme predio de Castelar un nuevo edificio de casi 700 metros cuadrados para el funcionamiento del INCUINTA, una incubadora de empresas de base tecnológica enfocada hacia el desarrollo de productos para uso veterinario y humano.
El proyecto fue desarrollado en colaboración con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y está equipado con un microbioreactor, único en Latinoamérica, para el desarrollo y la puesta a punto de procesos de fermentación de levaduras y bacterias y un biosensor “Surface Plasmon Resonance (SPR)”, único en el país, utilizado en las diferentes etapas de estudio para el descubrimiento de fármacos.
Equipado con tecnología de última generación, el nuevo edificio está diseñado para la incubación de empresas de base tecnológica y posee laboratorios para el desarrollo y la obtención de kits diagnósticos. Trabajarán allí en la producción de nanoanticuerpos.
Del acto de inauguración de nuevo edificio participaron Santiago del Solar, jefe de gabinete del Ministerio de Agricultura, Juan Balbín y Héctor Espina, e presidente y el director nacional del INTA, respectivamente. “La Argentina tiene capacidades de generar riqueza a través de la agricultura y la ganadería, pero vale destacar el valor que tenemos al generar conocimiento”, aseguró Del Solar, quien explicó que el nuevo edificio “va a permitir escalar dimensiones e ideas de muchos científicos argentinos para transformarlas en productos para beneficio de la humanidad: esto es generar oportunidades, riquezas y empleo”.
Por su parte, Balbín aseguró que “hoy INCUINTA es una realidad porque hubo una infinidad de personas que, contra viento y marea, lograron sostenerlo, aún, en momentos ingratos”. Y evaluó: “El INTA se merecía dar este paso cualitativo, desde el paper a la patente o empresa”.
Jose Ángel Escribano, director de ALGENEX, explicó que “hoy inauguramos un laboratorio que representa la materialización de una institución para facilitar la transferencia tecnológica desde la investigación hasta el cliente”. “Este edificio tiene pilares fundamentales como son un equipo científico realmente muy competente, con gran entusiasmo y con ganas de pasar de la publicación científica a un producto disponible en el mercado. Muy pocos científicos dan este paso”, manifestó.
“El segundo pilar es la administración que ha hecho realidad lo que los científicos tenían como sueño como es INCUINTA”, afirmó Escribano quien resaltó el tercer pilar en manos del sector empresario privado argentino, en especial, a Vetanco SA: “Hay que valorar su aporte, por poder hacer realidad lo que INCUINTA, aún, no puede como es poner un producto en el mercado y distribuirlo”.
“Esta plataforma nació como una idea innovadora, hace 14 años”, destacó Andrés Wigdorovitz, referente de INCUINTA, y agregó: “Desde el inicio, pensamos en esta plataforma técnico-organizativa como un espacio orientado a resolver problemas y generar aplicaciones en salud animal”.
Con sistema de aire calidad ISO 8, la planta puede trabajar con sistemas de células CHO (células ováricas de hámster, según las siglas en inglés) –usadas en el campo de la biotecnología para la expresión y producción de proteínas recombinantes–, bacterias, levaduras y células de insecto para producir bioterapeúticos y kits diagnósticos para uso veterinario y humano. Está diseñado con una mirada sustentable, posee un sistema de calefacción por termotanques solares y provisión de agua enfriada, ultrapura, vapor y gases especiales.
Además, está dotado con equipos para el desarrollo de sistemas de filtración tangencial y cromatógrafo de proteínas para escala piloto. También, posee bioreactores esterilizables y sistemas de agitación oscilante. Además, suma equipos para disrupción/homogenización y cabinas de bioseguridad.
Entre sus dependencias cuenta con locales para incubación de empresas de base tecnológica, un laboratorio de desarrollo y para la producción de kits diagnósticos, tres salas de fermentación para plataformas de células de insecto, levaduras y bacterias, sala para el manejo de bacteriófagos, salas de lavado, de preparación de medio, piso técnico, oficinas y sala de reunión. Contará con espacio de trabajo para siete investigadores y 11 becarios. Será un espacio para la interacción permanente de las instituciones del sistema científico y tecnológico nacional.
Entre sus desarrollos, INCUINTA ya cuenta con Rotadial, el primer kit diagnóstico ELISA para la detección de rotavirus en muestras pediátricas basado en tecnología VHH. Estos nanoanticuerpos están destinadas a varios agentes virales de impacto en salud humana, animal y vegetal, que incluye rotavirus A, norovirus, influenza A, virus de la diarrea viral bovina y virus del Mal de Río Cuarto del maíz.
Los VHH son unas moléculas derivadas de los anticuerpos de los camélidos y las más pequeñas que existen en la naturaleza con la capacidad de reconocer específicamente a otra molécula y enlazarse a ella. De este modo, este nanoanticuerpo es un anticuerpo monoclonal recombinante.
A su vez, desde Bioinnovo, la primera empresa de Base Tecnológica (EBT) público-privada creada entre el INTA y Vetanco SA y un desprendimiento de esta plataforma, se lanzó al mercado Bioinnovo IgY DNT ideado para tratar la diarrea neonatal de terneros, una verdadera innovación en el mundo para controlar esta enfermedad que provoca la muerte del 20 % de los terneros afectados. Además, de contar con Vedevax Block, la primera vacuna contra la diarrea viral bovina.