Pasan los días y a pesar de que hubo algunas lluvias, la seca sigue causando daños que se van profundizando en la ganadería, la agricultura y en las producciones regionales. Las postales van de claro a oscuro, y en el norte del país ya se registra una elevada mortandad de animales por la falta de agua potable. Las imágenes que llegan de Santiago del Estero ya recuerdan a las peores de la sequía 2008/09.
“Parece que Argentina no hubiera entrado en la modernidad, dependemos de una cosecha para que haya divisas. Estamos en el Siglo 21 y seguimos pensando que al país lo salva una cosecha, mientras el gobierno va de parche en parche sin atacar los problemas macroeconómicos”, se lamentó el dirigente de CRA en Santiago del Estero, Juan Pablo Karnatz.
El productor indicó que “todos los días mueren vacas, sobre todo de los productores más chicos que son los que tienen menos espaldas forrajeras y los que necesitan más ayuda. Hoy están abocados a mantener sus vacas, pero no producen carne”.
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Las lluvias en la zona fueron bien escasas, de apenas 5 a 10 milímetros, con días de altísimas temperaturas. Por lo tanto se registra una alta evapotranspiración y el balance hídrico resulta muy negativo.
“Hay mortandad de hacienda todos los días, las vacas tienen 100 kilos menos que lo que deberían tener en esta época. Esto es común a toda la provincia y me hace acordar a lo que pasó en 2008”, dijo Karnatz.
Además de los impactos en la ganadería, actividad de importancia en toda la provincia, también se ve afectado el algodón. Se esperaba una cosecha récord en la región del NOA, pero faltan lluvias de al menos 150 milímetro según evaluó el dirigente.
La alternativa a ese cultivo es la soja, que se puede sembrar hasta diciembre y enero, pero tiene que llover mucho para que se recupere el perfil del suelo y haya condiciones de implantación del cultivo.
“Esto es una catástrofe lisa y llanamente. La salida no pasa por la emergencia agropecuaria sino por tener un seguro agrícola multirriesgo”, indicó Karnatz.
La misma situación la vienen advirtiendo desde el norte santafesino, ya que días atrás el presidente de la Sociedad Rural de Tostado, Jorge Mercau, manifestó la misma preocupación: “La situación es terrible. Se están despoblando campos, se está vendiendo hacienda que se va y ya no vuelve. Esto nos pasó una vez y perdimos 400 mil cabezas en el departamento 9 de Julio. Esto va a volver a pasar, y muchos productores cuando se deshacen de la hacienda tienen que abandonar y eso es lo más triste. Es muy difícil”.
Este contexto adverso para la producción en la región tiene el antecedente de 2009, donde la actividad ganadera quedó trunca por efecto de la falta de precipitaciones que no permitió la adecuada generación de alimentos para la hacienda y la necesitada agua potable. En aquel entonces, muchos productores quedaron a la deriva y tuvieron que ir a engrosar los cordones conurbanos de grandes urbes como Rosario, Resistencia, y Capital Federal, para nunca más regresar a sus lugares de pertenencia, y mucho menos, la actividad agropecuaria.
A continuación, algunos registros fotográficos de aquella devastadora temporada: