En esta semana de Exposición Rural de Palermo, donde se realizan los más afamados concursos ganaderos, bien vale esta pregunta: ¿Qué determina que una persona sea un buen jurado clasificador? Para el veterinario oriundo de Urdinarrain, Patricio Spiazzi, esa cualidad únicamente se logra con el ejercicio porque, al igual que con los músculos, los ojos se aceitan con la práctica.
¿Y que implica esa tarea? Al menos tres funciones que, según el entrerriano, están cruzadas por procesos tanto subjetivos como objetivos.
“La jura siempre tiene que tener un efecto. Ordena una venta, interviene en el mejoramiento genético de una raza y, como tercer eslabón, hace que una persona salga aprendiendo, que el espectador se enriquezca. Es un honor ser designado como jurado y a la vez un servicio”, afirmó Spiazzi en diálogo con Bichos de Campo.
Jurar un animal supone emitir un fallo respecto a su condición y conlleva en la mayoría de los casos una justificación. Aquellas cualidades que se miran de un animal tienen que ver tanto con el perfil del jurado –algo que según Spiazzi las distintas asociaciones de criadores buscan cambiar- como con sus características fenotípicas. Es allí donde el corazón y la cabeza deben sentarse a discutir.
“Los fallos son más difíciles de lo que parecen al tratar de fundamentar con las virtudes del animal, porque hay que tener respeto por los cabañeros. Hay mucho trabajo atrás. Siempre hay subjetividad en una jura y siempre hay perfiles de jurados. A veces se sesga según su actividad. Si uno trabaja mucho en cría probablemente tenga un tipo ideal de animal. Después están los datos objetivos o fenotípicos: peso, ojo de bife, grasa dorsal, circunferencia escrotal, aplomos, todo lo que es externo del animal”, explicó Spiazzi.
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-¿Y vos cómo determinás que un animal es bueno? ¿En qué pensás?- le preguntamos al veterinario.
-Cuando uno va a comprar un animal tiene un objetivo, está pensando en un campo particular, en un cruzamiento, va con un sesgo. Yo siempre me pregunto en qué tengo que pensar y considero que debe ser en un ciclo lo más completo posible.
-¿Para qué le sirve a un productor una jura?
-Hay un poco de orgullo, de honor. También existen campeonatos en los que se van juntando puntajes según el nivel de exposición. Algunos les dan más importancias que otros. A mí no me mueve demasiado, me pone contento pero, por ejemplo, cuando me va mal no me quejo porque uno tiene que tener claro sus objetivos productivos. Lo otro es un plus, no un objetivo en sí mismo.
-¿Qué te gusta a vos de jurar?
-A mí particularmente lo que más me gusta es jurar la raza Hereford, porque es la que crío además de Brangus. Como es un honor, hay dos cosas que no se pueden hacer: ni auto proponerse ni negarse. Cuando a uno lo eligen hay un grupo de cabañeros, de colegas, de productores que pensaron en vos para realizar esa tarea. Te sentís muy orgulloso realmente.