Usted se preguntará qué hace esta noticia en un medio especializado en información agropecuaria. Bueno, para empezar somos periodistas y no nos gusta lo que sucede. Pero además el tema de garantizar la libertad de expresión y un buen ejercicio de la prensa era un reclamo habitual de los dirigentes rurales, a través de la Mesa de Enlace, cuando quienes atentaban contra ello eran kirchneristas que atacaban tanto a periodistas como productores agropecuarios.
En Bichos de Campo, además, mantenemos siempre en alto nuestro reclamo a las autoridades del Ministerio de Economía, de la Secretaría de Agricultura y de sus organismos descentralizados, cualquier sea el signo ideológico de la gestión, para que aseguren el derecho de acceso a la información pública a través de conferencias de prensa u otros mecanismos. Se trata de un deber de los funcionarios públicos que en la gestión de Javier Milei, Luis Caputo, Juan Pazo y Sergio Iraeta no se está cumpliendo. Eso debilita finalmente el acceso a nuestros lectores de dados de su interés, que mantienen escondidos como en las peores épocas de la Argentina.
En definitiva, corresponde dar esta información también en un medio agropecuario: Fopea (el Foro de Periodismo Argentino) presentó en las últimas horas el informe 2024 de su Monitoreo que registra los ataques concretos a periodistas en el país. La conclusión es que crecieron 53% en relación al año anterior.
Tristemente “el poder político argentino fue el principal responsable de las agresiones contra periodistas durante 2024, representando el 52,5% de los 179 ataques detectados en todo el país”, señaló el informe anual del Monitoreo de Libertad de Expresión, que fue titulado “El asedio al periodismo debilita la democracia”.
Presentado el lunes en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el informe revela que del análisis de los casos se desprende que hay una política de Estado contra el periodismo, pues el presidente Javier Milei protagonizó 56 de los episodios denunciados, mayoritariamente a través de discurso estigmatizante, agravios o insultos contra periodistas y trabajadores de prensa.
La violencia institucional se acentúa al sumar los ataques perpetrados por fuerzas de seguridad y miembros de poderes judiciales (14,5% del total).
La violencia de tipo estatal o paraestatal (incluyendo youtubers y trolls) estuvo presente en el 80% de los 179 casos relatados en 2024. Esta proporción representa un fuerte aumento, ya que en 2023 este tipo de violencia se registró en la mitad de los casos de ese año.
El 2024 se posiciona como el segundo año con más casos desde el inicio del Monitoreo en 2008. Por eso, la presidenta de FOPEA, Paula Moreno, reflexionó: “El 2024 fue un año en el que el periodismo fue el punching ball del Presidente y de su entorno en un trabajo estratégico y organizado que sólo apunta a plantear miradas de extremo y deslegitimar. El discurso polarizante necesita ubicar al periodismo como enemigo y en ese sentido nos preocupa este juego de tolerar la intolerancia”.
“El periodismo tiene la responsabilidad de no avivar el fuego pero tampoco de dejarse consumir por él”, concluyó Moreno.
Un estudio específico de la consultora Methodo para FOPEA, basado en más de 2,4 millones de interacciones, concluyó que las agresiones del poder multiplican la violencia virtual contra la prensa. Las menciones peyorativas sobre el periodismo por parte del presidente Milei y cuentas afines sumaron 240.000 en 2024, un 2000% más que en 2023. Cada ataque verbal del mandatario genera un efecto multiplicador en las redes, instalando un clima hostil.