José Massi Palazzo es ingeniero civil y fundador de VerdeVida, un emprendimiento mendocino dedicado a la elaboración de kéfir y otros fermentados, que comenzó como una búsqueda personal de una salud mejor.
“Comenzamos a finales de diciembre del 2015, estaba recibiéndome de ingeniero y tenía problemas digestivos, estreñimiento y alergias alimentarias”, recuerda José. “Esa búsqueda me llevó a la VidaFeria, una feria de productos agroecológicos y fue el inicio de todo”.
Así José y su madre empezaron a producir en su casa todo tipo de alimentos vivos, germinados, fermentados y también se animaron a cultivar verduras. Y aquí había un antecedente: a José siempre le había llamado la atención la vida en el campo, su padre era agricultor y el contacto con la tierra lo llevaba en el corazón.
“El kéfir fue nuestro primer fermento”, resume. “Para mí los fermentos son puentes que nos acercan la esencia de los alimentos vivos, es sabiduría ancestral y medicina elemental para nuestra microbiota o flora intestinal. La digestión es fermentación, algo así como la fertilidad de los suelos intestinales; las bacterias permiten la conexión entre los nutrientes y el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Poco a poco fuimos descubriendo que son técnicas muy efectivas y necesarias para complementar la alimentación moderna”.
José cuenta que un día llegó a sus manos un libro que le cambió la alimentación y la vida. Se trataba de “Cuerpo Saludable”, de Néstor Palmetti (experto en alimentación viva) y gracias a lo que leyó fue cambiando su forma de comer y expandió su consciencia “en relación a qué hay detrás de la alimentación y la energía de la vida misma”.
“Me encanta estudiar, experimentar y compartir recetas de fermentos y alimentación natural. Tomé cursos de alimentación online y también sigo a maestros de la Fermentación como Sandor Katz. Es una cultura en expansión que trasciende la alimentación, la medicina y el cultivo agroecológico de todo tipo de alimentos. Es mágico comprender a la fermentación como el lenguaje de las culturas ancestrales, como la forma de conservar de modo seguro los alimentos y potenciar sus propiedades”, explica.
Sus productos los difundieron a través de las redes y a través de la VidaFeria donde están cada sábado, personalmente.
José cuenta que la gente recibe sus productos con mucho cariño y que les encanta saber que cuidan todo el proceso de cultivo de las plantas, que reutilizan insumos y que tienen un sistema de precios justos. También trabajan con dietéticas del gran Mendoza y durante el peor momento del Covid hicieron reparto a domicilio.
“Cada vez hay más demanda de productos fermentados. El movimiento va creciendo y cada vez somos más quienes deseamos cuidar tanto los suelos como la salud de las personas. No se trata solamente de una moda o de un negocio, quienes nos dedicamos a la alimentación agroecológica, tenemos un compromiso más profundo con la madre tierra”, reflexiona.
Hoy VerdeVida elabora kéfir de frutas y Kimchi de verduras (una comida típica coreana), aunque para las amistades hacen kéfir de leche de tambo, mayonesas, mantecas y cremas fermentadas, entre otros productos de estación.
“Nosotros elaboramos alimentos con buena energía, es un estilo de vida. Fermentamos todos los días, es una responsabilidad grande y también una gran terapia para el alma. Vas conociendo experiencias de personas que han mejorado sus vidas, y sabes que vas por el camino correcto. Ser emprendedor en estos días insume muchísima energía… De este año me queda el aprendizaje de saber que debo equilibrar mi pasión por el trabajo con los tiempos personales o con la familia. Bueno de todo se aprende ¿no?”, resume.
Desde VerdeVida también ayudan en las huertas a cosechar las verduras frescas para los kimchis y obtener los frutos secos para los kéfires. Por ahora sólo venden en Mendoza y se han enfocado en mejorar las fuentes de origen de producción, elaborando biofertilizantes que aumentan la vitalidad y biodiversidad de microorganismos, con las recetas del famoso Jairo Restrepo.
“Este año fue sin dudas muy duro al no poder feriar en la plaza y al tener restringidos los días de repartos que hacemos nosotros mismos”, detalla José. “Fue un gran desafío pero lo pudimos superar con el apoyo de la gente”.