La creadora del trigo transgénico HB4, que tanta polvareda levantó a punto tal de que el presidente Mauricio Macri debió intervenir en la polémica por su “no autorización”, es la doctora Raquel Chan, del Conicet y la Universidad del Litoral (UNL). Fue ella quien identificó el gen del girasol que le otorga un mayor “aguante” frente a una sequía y quien lo introdujo primero en el ADN de la soja y luego en el del trigo tan polémico. Bioceres decidió a apoyar a Chan para que pudiera llevar a cabo esas investigaciones.
Matías Ruffo y Francisco Ayala, que trabajan en ese compañía argentina, también pueden ser considerados como parte del equipo que “inventó” esta tecnología que hoy divide aguas en la Argentina. Fueron ellos los que tuvieron responsabilidad directa sobre una red de ensayos que comenzó en 2009 y que permitió determinar a campo que el trigo HB4, en condiciones de sequía, puede ofrecer un rendimiento 20% superior al de un trigo convencional.
Ruffo es el gerente de productos y tecnologías de Bioceres. Explicó que la idea original tanto de Chan como de la empresa fue buscar “tecnología que aporten rendimiento y que no sean solo para un manejo de insectos o contra malezas”, como sucede con tantos otros transgénicos. “Pensamos en un trigo tolerante a la sequía. El girasol claramente era un ejemplo de eso, y como no se puede cruzar para poder transferir esa característica, usamos la biotecnología. Entonces hoy tenemos un cultivo de trigo que es capaz de enfrentar un periodo de sequía mucho mejor, sin verse afectado en los rendimientos como otro cultivo que no tiene la tecnología incorporada”, explicó a Bichos de Campo.
El gerente de Tecnologías de Bioceres añadió que el primer logró se consiguió en 2007, en un laboratorio. Los planes de mejoramiento a campo comenzaron dos años después, con el objetivo de generar variedades que tengan incorporado el gen HB4. Fueron casi diez años de ensayos. “Desde ese momento estamos trabajando para generar información y desarrollar estas variedades”, indicó Ruffo.
-¿Y cómo se bancaron semejante costo?- preguntamos.
-Hay varias vueltas de tuerca. Una es que contamos con Bioceres, una empresa que tiene cerca de 300 socios que han venido invirtiendo. Hay gente que cree en nosotros. Otra de las patas es buscar socios internacionales. En este caso fue la francesa Florimond Desprez, con la cual estamos trabajando estas últimas etapas- contestó Ruffo. Se refiere a la difusión regional y acaso mundial de esta nueva tecnología de cuño argentino.
Mirá la entrevista completa con Matías Ruffo:
Francisco Ayala, en tanto, ha sido el responsable directo de las investigaciones llevadas a cabo desde Bioceres. Confiesa que cuando le vinieron con esto de crear un trigo transgénico, “lo primero que pensé es que no iba a funcionar, era altamente escéptico. Ya había habido algunos antecedentes tratando de incorporar eventos en trigo. Pero es un cultivo difícil en muchos sentidos, sobre todo porque es un cultivo político”, señaló.
-¿Qué querés decir?
-Cuando hablamos de trigo, la gente piensa en un ideal casi bíblico. como que es algo que no hay que tocar, que no se puede modificar. Es como si uno estuviera haciendo un crimen contra la naturaleza. Uno es receptivo al sentir de los familiares, amigos, conocidos, con posiciones muy reaccionarias respecto de lo que es la biotecnología en trigo. Pero sabe que es fundamentalmente por una cuestión de desconocimiento- respondió Ayala, que quedó claro tuvo hasta que soportar resistencias domésticas frente a su propio trabajo. Ahora es la propia cadena del trigo y la Secretaría de Agroindustria las que se oponen a la liberación del HB4, por temor a perder mercados.
Ayala cree que con esta posición conservadora la Argentina se priva de producir “un trigo con un atributo que no lo tiene el trigo en su fondo genético naturalmente: la posibilidad de enfrentar mejor las situaciones de sequía”.
-¿Eso está probado en los ensayos?- le preguntó Bichos de Campo.
-Los ensayos los arrancamos con pruebas de concepto en condiciones controladas. Esa es la primera prueba que tenía que superar y realmente el trigo HB4 la superó. Estamos seguros que funciona muy bien. El tema del campo es otra cosa y pasás a un segundo nivel de escepticismo. Pero en el caso del trigo HB4 llevamos desde 2009 más de 36 ensayos distribuidos por todo el área pampeana y la respuesta que vemos en rendimiento realmente es contundente. En los ambientes donde hay mayores niveles de stress, las respuestas del HB4 son altamente significativas, de alrededor del 20% en los rindes a favor de esta tecnología.
Mirá le entrevista completa con Francisco Ayala:
Eso es más o menos lo que presentó Bioceres como resultado de sus ensayos. Frente a una sequía el trigo transgénico produciría 20% más que uno convencional afectado por el mismo fenómeno. En condiciones normales, las diferencias entre la misma variedad, una modificada y la otra no, llega al 10%. Y recién en situaciones ideales (es decir con la humedad justa) se achica esa brecha a 0%.
Es decir, según aclaró Ayala, en los ambientes de alto potencial del sudeste bonaerense, con mas de 5.000 kilos de rinde promedio, “el HB4 tiende a tener una respuesta positiva. No hay un costo ni una penalidad que produzca una merma de rendimiento”.