El campo argentino, históricamente ligado a la producción de granos como soja, maíz y trigo, empieza a mirar con interés nuevos cultivos que hasta hace poco eran considerados exóticos o de bajo perfil. Cultivos como la camelina, la carinata y la colza, plantas oleaginosas de invierno que no compiten con las tradicionales, se perfilan como los grandes protagonistas de una nueva etapa agroindustrial que tiene en la producción de biocombustibles de última generación su mejor carta de presentación.
En este marco, el anuncio del directorio de YPF de crear la empresa Santa Fe Bio, en sociedad con el grupo santafesino Essential Energy, representa un paso decisivo para transformar una vieja estructura petrolera en un complejo de innovación sustentable. Lo que había comenzado como un entendimiento ahora se formalizó, y la interacción conjunta se confirma de manera oficial.
La histórica Refinería de San Lorenzo, parada desde fines de 2018, será el corazón de esta reconversión, donde se prevé una inversión de 400 millones de dólares para poner en marcha una planta de pretratamiento y una biorrefinería de última generación.
YPF anunció planes de incursionar en el negocio de los biocombustibles ¿Por qué?
El anuncio fue confirmado por las autoridades de la petrolera estatal. y se conoce en un momento sensibe para el mercado local de biocombustibles. El biodiésel, principal industria de los biocombustilbes, atraviesa uno de sus momentos más difíciles en 2025. Según datos de la Secretaría de Energía, en el primer semestre se produjeron 445.983 toneladas, el total más bajo desde 2009, cuando la actividad recién comenzaba en el país. Las exportaciones cayeron con fuerza y solo 30.000 toneladas salieron al exterior en el primer semestre, el menor registro desde que hay datos oficiales en 2008.
El objetivo principal es producir SAF (Sustainable Aviation Fuel), un biocombustible que ya es la única alternativa escalable y certificada internacionalmente para la aviación sostenible, y también HVO (Aceite Vegetal Hidrotratado), un combustible que puede reemplazar al gasoil con ventajas ambientales significativas.
La clave de este proyecto no está solo en la inversión ni en la tecnología, sino en la materia prima. Estos cultivos de invierno abren una nueva ventana para el campo argentino. La camelina, por ejemplo, es una planta oleaginosa con bajo requerimiento hídrico y gran adaptabilidad a diferentes suelos, ideal para zonas que actualmente se dejan en barbecho. La carinata, con alto contenido de aceite, y la colza, ya usada en varios países para biodiesel, completan este trío de cultivos bioenergéticos con potencial para crecer en hectáreas y calidad.
Estos cultivos tienen la ventaja de no competir con los tradicionales de verano (soja y maíz) y en muchos casos pueden incorporarse a la rotación para mejorar la sustentabilidad de los sistemas productivos. Para los productores, representan una opción para aprovechar períodos de barbecho y diversificar ingresos, mientras que para la agroindustria significa sumar nuevas cadenas de valor y abastecer la demanda creciente de biocombustibles avanzados.
Santa Fe Bio será una empresa mixta al 50% entre YPF y Essential Energy, un grupo local con experiencia en biodiésel y bioetanol, que concentra una parte significativa de la capacidad instalada en la región centro-norte. La combinación de la infraestructura y financiamiento de la petrolera estatal con el know-how y la experiencia de una pyme regional crea una sinergia con enorme potencial.
Además, la ubicación de la Refinería de San Lorenzo es estratégica. Está en una zona núcleo de producción agrícola, con acceso a materias primas y salida directa a través del puerto sobre la hidrovía Paraná-Paraguay, facilitando la exportación a mercados exigentes como Europa y Estados Unidos. Estos destinos son los principales impulsores del mercado de SAF, que demanda combustibles certificados y de alta calidad.
La Refinería San Lorenzo tiene un largo recorrido: fundada en 1938 por YPF, pasó por manos privadas y extranjeras antes de ser adquirida nuevamente por la petrolera estatal en 2018. Desde entonces, permaneció sin actividad productiva hasta que esta alianza permitió diseñar un nuevo futuro para sus instalaciones, esta vez apuntando a la producción sostenible.
Además del impacto ambiental, este proyecto puede reactivar empleos y dinamizar una región con fuerte vocación agroindustrial y petrolera, que enfrenta el desafío de adecuarse a las exigencias globales de reducción de emisiones.
Si bien la industria argentina de biocombustibles lleva años en desarrollo, el mercado atraviesa un momento de cambio. La ley vigente fomenta la producción de biodiésel y bioetanol a través de cupos asignados, pero el gobierno actual planea un régimen basado en licitaciones, que pondrá a prueba la capacidad de adaptación de las pymes.
En este contexto, la alianza con YPF ofrece a Essential Energy un salto tecnológico y económico, que puede posicionar a la agroindustria regional en el mapa global de combustibles verdes. El compromiso con la calidad, la sustentabilidad y la innovación será clave para competir en un mercado que crece con rapidez y demanda productos certificados.
El proyecto Santa Fe Bio representa entonces un paso firme hacia un modelo energético más sostenible, apoyado en la riqueza agropecuaria de la región y la transformación de infraestructura industrial obsoleta. Para la agroindustria argentina, abre un camino para diversificar cultivos, agregar valor local y participar en la revolución global de los biocombustibles aeronáuticos.