Los argentinos somos intensos y decididos, pero a veces esa actitud nos puede hacer meter la pata.
En Tucumán, desde hace un par de años se respira la crisis de un sector productivo pujante: el limonero. La sobreproducción mundial de esa fruta finalmente provocó una baja de los precios, que descolocó a toda una industria que parecía hasta aquí inexpugnable. Por eso, muchas de las empresas y productores independientes han comenzado a arrancar las plantas más añosas e improductivas, como mecanismo de autorregulación. Son varios miles de hectáreas las que están saliendo de producción.
¿Qué hacer con ellas? Mucha de esa superficie -cerca de 20 mil hectáreas- han vuelto a la caña de azúcar, que goza de buenos vientos. Pero para muchas otras los productores buscan alternativas que les permitan luego utilizar la infraestructura industrial de las grandes limoneras. Por eso hay mucho entusiasmo en la implantación de naranjos. Cambiar cítrico por cítrico parece un negocio redondo.
Hay una aliciente muy claro para esta mudanza hacia las naranjas. El jugo de esa fruta, que es un commodity a nivel mundial, está en valor históricamente alto pues su precio ha subido 200% en manos de un año, debido a un grave faltante mundial. Brasil anticipó que en esta campaña la producción de jugo de naranja sería un 24% menor que el año previo, bajando primero de 16 millones de toneladas de fruta para jugo concentrado, a 12,5 millones y finalmente ahora a 9 millones de toneladas. En tanto, otro importante proveedor es el estado de Florida, en Estados Unidos, que vio caer su producción un 90% en los últimos quince años. Y México va a producir 30% menos de lo esperado.
Todos estos países productores de naranjas tienen un denominador común: la presencia de la enfermedad HLB o greening, que es incurable para los cítricos y se propaga a través de la utilización material infectado (yemas o partes vegetales) o por la picadura de un insecto vector llamado Diaphorina citri o “chicharrita”. En Argentina, hubo casos de HLB en las zonas productoras de cítricos dulces del NEA, en tanto que la chicharrita fue detectada ya cerca de la zona limonera del NOA. Por eso todos los radares están en alerta.
En este escenario, la fiebre de la naranja en Tucumán preocupa mucho a los expertos de la Estación Experimental Obispo Colombres, donde funciona uno de los centros que permite multiplicar plantines de cítricos certificados como libres de HLB, lo que garantiza la sanidad de las plantaciones de limones. El otro centro difusor de cítricos sanos es el INTA Concordia.
Hernán Salas López, agrónomo y director en Tecnología de Investigación y Tecnología Agropecuaria de la Obispo Colombres, explicó al programa Colonia Agropecuaria cuál es el problema que se les presenta: no llegan a cubrir a tiempo toda la demanda de plantines libres de HLB y entonces tienen miedo que la euforia de los productores termine poniendo en peligro todo el estatus sanitario de la región, si llegaran a introducir plantas o esquejes contaminados, ya sea trayéndolos de otras zonas o incluso importándolos ilegalmente desde Estados Unidos.
“Desde hace más de 10 años se creó a partir de una iniciativa del sector y del Senasa y el INASE lo que se llaman los Centros de Saneamiento del Material de Propagación. Esta es una mecánica que permite disponer de materiales que sean genéticos y sanitariamente garantizados. Básicamente procura garantizar la provisión del material de propagación a los sectores productivos para asegurarse la calidad de ese material”, explicó el profesional.
Luego confirmó que “la limonicultura viene atravesando una crisis sin precedentes de sobreoferta a nivel mundial, de la cual somos parte. Varios países crecieron en superficie y en producción, y lamentablemente los mercados no reaccionaron de la misma manera, por lo tanto hoy los precios tanto de la fruta fresca como de los derivados industriales no son los ideales ni mucho menos”.
“Entonces estamos ante una crisis bastante seria. Y ante esa crisis surge la expectativa de algunos productores de incursionar en la producción de naranjas, acá en el NOA, en virtud de que las dos principales potencias proveedoras de jugo de naranja a nivel mundial, que son Brasil y Estados Unidos, tienen problemas de HLB. El estado de Florida bajó su producción aproximadamente un 80-85% en los últimos 10 años, y Brasil se mantiene pero con muchas dificultades”, añadió.
Salas explicó que “ante esa situación se nos plantea el problema de que nuestro centro de saneamiento venía trabajando principalmente con limones, por lo tanto no había una gran disponibilidad de material de propagación de naranja. Por lo tanto salimos a advertir al sector de los riesgos que podría implicar importar material de propagación de otros lugares que no tengan las certificaciones correspondientes. Esto sería realmente muy peligroso”.
El profesional de la Obispo Colombres indicó que por este asunto realizaron ya gestiones ante el INASE (Instituto Nacional de Semillas), que les permitió hacer uso de algunas herramientas legales para multiplicar más rápido el material de propagación. En concreto se los habilitó a utilizar el material de las copas de los plantines para insertar nuevos materiales y acelerar todo el proceso.
De todos modos, advirtió que recién el año que viene podrán dar respuesta a toda la demanda que existe para la propagación de naranja.
-¿En cuánto tiempo se puede enfrentar esta demanda?
-Ssi podemos recurrir a esta herramienta que el INASE ya nos autorizó, entre este año y el año que viene, o a más tardar un año más, ya tendríamos el material suficiente, sin necesidad de tener que recurrir a materiales desconocidos. Por eso es la importancia de respetar esta prohibición de uso de material desconocido.