En el presente mes de mayo Brasil habría registrado exportaciones de harina de soja superiores a las realizadas por la Argentina, lo que representa un hecho inédito para la época del año.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indica que datos de la agencia marítima Nabsa muestran que los embarques argentinos de harina de soja en mayo habrían sido de 2,1 millones de toneladas, mientras que el registro de embarques de ese mes informado por la entidad que agrupa a los agroexportadores brasileños (Anec) muestra una cifra de 2,2 millones de toneladas.
Argentina es el principal exportador de harina de soja del mundo y el mes de mayo es el período de inicio de la “temporada alta” comercial del producto. Es decir: el país empezó con el “pie izquierdo” el “campeonato” del negocio que representa el principal producto de exportación argentino.
A pesar del ingreso de soja paraguaya por el tramo superior de la Hidrovía del río Paraná –que salvó a la industria aceitera por otro año más– la disponibilidad de mercadería en el ámbito local fue limitada.
Combo bajista: Cayó la molienda argentina de soja y aumentaron las importaciones de poroto
En abril pasado la molienda de soja en la Argentina –según los últimos datos oficiales disponibles– fue de 3,39 millones de toneladas, una cifra 11% menor a la registrada en el mismo mes de 2024, lo que se explica por la salida de producción de las fábricas aceiteras controladas por la concursada Vicentin (que en los próximos días volverían a trabajar luego de un acuerdo propulsado por los interventores de la compañía santafesina).
Por otra parte, en abril pasado la Argentina importó 811.159 toneladas de poroto de soja, las cuales en su mayor parte provinieron de Paraguay. Se trata de una cifra equivalente al 23,9% del volumen de soja procesado en el país en dicho mes.
En términos comerciales, en mayo las fábricas oleaginosas aprovecharon la ventaja logística para realizar embarques de aceite de soja en desmedro de harina porque los precios FOB del primer producto registraron un repunte de precios que en el caso del segundo no ocurrió.
Otro factor que afectó al sector fueron las interrupciones de la cosecha de soja ocasionadas por lluvias torrenciales, que en muchas zonas provocaron anegamientos e inundaciones, además de impedir el uso de la red vial rural.
Décadas de abandono de la caminería rural, junto con la interrupción de la realización de obras hídricas clave para garantizar un rápido escurrimiento de los excesos hídricos en la zona pampeana, complicaron el panorama general.
Ante tal situación, las industrias aceiteras ampliaron la tolerancia de recibo por humedad para propiciar el recibo de poroto. Si bien la norma argentina de calidad para comercialización de grano de soja establece una base de recibo de humedad de hasta 13,5%, Renova en Timbués acepta partidas con hasta un 18,0% de humedad, Cargill en Puerto Gral. San Martín hasta 17,5%, Molinos Agro en San Lorenzo hasta 17,0%, Terminal 6 hasta 16,5% y LDC y AGD en Timbués hasta 16,0%.