En los últimos 12 meses los precios de la economía tuvieron un incremento de 32% de acuerdo con la medición que hacer el INDEC. El saldo es más que positivo para los precios de la carne vacuna, que acumula un incremento promedio de todos los cortes de 54%. Sin embargo, la tendencia fue cambiando en los últimos cuatro meses, y hoy la realidad es otra.
Los valores al consumidor perdieron la carrera contra la inflación, en medio de un escenario de faena alta y en el cual las exportaciones comenzaron a darle pelea al consumo recién en los últimos dos meses, ya que en los anteriores fueron inferiores a las de 2024.
En septiembre la inflación fue de 2,1% y el aumento del precio de la carne de 1,8%, siguiendo la tendencia de los meses anteriores. En agosto la inflación fue de 1,9% y la carne vacuna subió en el mercado interno 0,1%. En junio y en julio también el aumento fue menor que ese indicador económico.
Esta evolución de los precios estaría indicando cierta retracción de la demanda interna, lo que también está afectando a los precios de la hacienda con destino a la faena y en particular las cuentas de los engordadores.
Los valores del ganado para la hacienda que abastece al consumo, es decir, novillitos y vaquillonas, aumentaron 5% entre junio y septiembre. Estas categorías son las que más engordan los feedlots en Argentina, sector que está atravesando un segundo semestre complicado.
Según los datos de la Cámara de Feedlot, por animal que va a la faena las pérdidas son de 83.000 pesos por cabeza, sin contabilizar el costo financiero que con las altas tasas que tiene la economía local, se elevan a casi 200 mil pesos. Los engordadores dijeron que el negocio necesita de un incremento de al menos el 10% para que los ingresos empaten nuevamente a los costos.
El deterioro de los resultados económicos en este eslabón ganadero es alto. La relación novillo – maíz tuvo picos altos, que superaron los 14 kilos de cereal por uno de carne, actualmente esa relación es de 12 a 1, más cerca de los promedios históricos.
El mayor conflicto lo tienen con el precio del ternero que vale 30% más que el novillo que venden a los frigoríficos. El ternero vale 4.500 pesos y lo que va a faena se negocia en 3.300/3.400 pesos.
De no mediar una reacción de los precios de la carne que se trasladen al valor de la hacienda, a los feedloteros no les quedará otra que contabilizar crecientes pérdidas económicas. Esa reacción, creen algunos, podría darse a fines del mes que viene o para mediados de diciembre.