En medio de la guerra comercial entre China y los Estados Unidos, y tras decidir más aranceles a importaciones por 200.000 millones de dólares, el presidente Donald Trump anunció una nueva millonada de subsidios a los productores agropecuarios de su país, los famosos “farmers”, para compensarlos por las bajas en sus ingresos en productos como la soja, el grano más relevante en el comercio bilateral entre las dos potencias.
En los últimos días hubo una catarata de anuncios que hicieron recrudecer la guerra entre los dos gigantes que se disputan el liderazgo de la economía global, que en realidad es la pelea de fondo. El viernes pasado Donald Trump anunció más aranceles y al lunes siguiente las autoridades de China anunciaron que aumentarían los tributos que se cobran al ingreso de mercaderías estadounidenses, como vegetales congelados y el gas natural licuado, entre otros.
La escalada en la disputa comercial volvió a impactar en los precios de los granos, lo que provocó un malhumor muy grande entre los farmers. Esto obligó al gobierno norteamericano a anunciar medidas para aliviar la situación de los productores de ese país.
“Vamos a tomar el año más alto, la compra más grande que China haya hecho a nuestros granjeros, que es de aproximadamente 15.000 millones de dólares, y hacer algo recíproco para que nuestros granjeros puedan hacerlo bien”, dijo Trump a los reporteros que estaban en la Casa Blanca, de acuerdo a un cable de la agencia Reuters. De todos modos, no dio precisiones respecto de cómo se implementará el nuevo paquete de ayuda.
Históricamente Washington cuenta con diferentes programas de apoyo al sector agropecuario, que dan previsibilidad al negocio y a la inversión que hacen los productores. Los 15 mil millones de dólares adicionales que se anticipan ahora significarían un incremento de 25% respecto del monto destinado a tal fin el año pasado, cuando las ayudas sumaron 12.000 millones de dólares.
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Con respecto a esta ayuda multimillonaria (equivale casi al valor actual de la cosecha argentina de soja), la analista de la Fundación INAI, Sofía Perini, añadió que “además se anunció que se podrían incorporar compras públicas del Estados para después colocarlas en países en desarrollo, pero algunos países como Canadá se expresaron respecto de las distorsiones que podrían generar en los mercados y el comercio mundial”.
Desde que arrancó la guerra comercial los precios de los granos y en especial los de la soja se ven afectados por la disputa en cuestión, pero también por otros factores como la alta producción y los stock mundiales abundantes. Se agregó en las últimas semanas la crisis sanitaria del rodeo porcino chino (por la Fiebre Porcina Africana) que llevó a la matanza de varias decenas de millones de animales, por lo que necesitará menos soja para su alimentación.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) estima una caída en la demanda China del poroto de soja en 9 millones de toneladas para el ciclo 2019/20, respecto de la campaña anterior.
Esa menor demanda golpea las cuentas de los agricultores estadounidenses, ya que las exportaciones de soja de ese país a China destino cayeron a los registros más bajos en muchos años, y también se vieron afectadas las cotizaciones internacionales del grano que cayeron por debajo de los 300 dólares.
“De los miles de millones de dólares que estamos cobrando (en los aranceles a las importaciones chinas), una pequeña parte de eso se destinará a nuestros agricultores, porque China tomará represalias, probablemente en cierta medida, contra nuestros agricultores”, reconoció Trump.