Sin mencionar que es un sector que se está achicando en superficie y producción (salvo cierta recuperación en 2020 debido a la pandemia) y que los productores se quejan hace cuatro años por los bajos precios que cobran por la uva para vinificar, el presidente Alberto Fernández puso al negocio del vino como ejemplo a imitar por las demás actividades productivas a la hora de reclamar una rebaja de la presión impositiva.
Que “los productos que se industrialicen cada vez paguen menos retenciones”, sugirió el mandatario al participar en Mendoza de la Fiesta Nacional de la Vendimia y al encabezar el acto organizado por la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar). En efecto, el gobierno dispuso hace poco correcciones en las retenciones y los reintegros, pero que no terminaron por conformar a las bodegas, que aporvecharon el acto para pedir la eliminación de ese tributo aduanero. Alberto explicó, sin embargo, que la intención fue que “exporten más, generen más trabajo, se vuelvan más competitivos y tengan más utilidades”.
Durante un acto realizado en la localidad de Luján de Cuyo, según informó la agencia Télam, Fernández recordó que hace 18 años, cuando era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, juntos lanzaron un primer plan para el sector del vino, que ha tenido logros y que ahora debiera rediscutirse y relanzarse. En rigor, la Coviar está discutiendo un nuevo plan estratégico para renovar el que acaba de vencer.
“El vino argentino es un muy buen vino, no sólo lo saben los argentinos. El mundo entero reconoce la calidad”, señaló Fernández y llamó a debatir para “darle fuerza” a una producción que ya se realiza en 18 provincias de todo el país.
El jefe de Estado dijo en ese sentido que “hay un potencial de desarrollo enorme” que no se debe desaprovechar y destacó las palabras dichas previamente por el gobernador local, Rodolfo Suárez, para trabajar en el “encuentro” entre posiciones diversas que permitan acrecentar la producción.
“Lo que debemos hacer es darnos un plan, como sociedad. Ganan los que producen en las vides, ganan los empresarios, ganan las provincias, gana el Estado nacional”, dijo el primer mandatario.
Por cierto, más allá de cierto repunte de las exportaciones y de las ventas al mercado interno durante 2020, el vitivinícola es un negocio que anda al garete en los últimos tiempos y la mejor evidencia es que en las dos últimas temporadas la producción de uva para vinificar se contrajo cerca de un 20% respecto de los promedios históricos, y la explicación es que muchos productores independientes están abandonando o erradicando sus parrales, debido a los bajos precios que cobran por la uva común.
“Ojalá podamos esta vez hacer que el plan estratégico de la vitivinicultura le sirva a la Argentina, que genere más y mejor vino, que nos permita entrar en el mundo, que recuperemos los niveles de consumo y que logremos el mejor desarrollo”, expresó el Jefe de Estado.
A su turno, el gobernador Suárez -que proviene del radicalismo- elogió que se haya mantenido el perfil productivo y exportador del sector aun durante las dificultades que debieron afrontar en la pandemia. Pero reclamó más medidas: “Con algunos incentivos puntuales se podría lograr que el sector exporte más. Creemos importante que la Nación trabaje para destrabar la política arancelaria que afecta los costos de ingreso a mercados atractivos”, dijo Suárez.
Por su parte, José Zuccardi, bodeguero y presidente de la Coviar, pidió dar dimensión a la importancia de la vitivinicultura al destacar que Argentina que ocupa “el quinto lugar en la producción del mundo” y que se ubica “entre los 10 principales exportadores”. “Estamos presentes en 18 provincias del país, generamos 400 mil puestos de trabajo directos e indirectos”, agregó.
El bodeguero reclamó que se abren “condiciones para una vitivinicultura más sostenible”, que el desafío para 2021 “es mantener los mercados” conseguidos, y señaló al turismo asociado al vino como un eje a trabajar hasta 2030. También afirmó que el sector necesita mejoras para ser más competitivo y, entre otros puntos, dijo que “se hace necesaria la disminución de la carga impositiva” y que la eliminación de los derechos de exportación es “fundamental”.
A principios de 2021, el gobierno anunció una modificación en el esquema de retenciones para beneficiar a las economías regionales. Pero en muchos casos sucedió al revés y “el paso a 4,5 % de un importe que estaba fijado en 3 pesos por dólar, implicará no solo un aumento contra el mes anterior, sino un freno a la reducción paulatina que se esperaba para el 2021”, según explicó el Consejo Agroiindustrial Argentino (CAA), que también integran las bodegas.
Pero el reclamo del sector bodeguero perdió fuerza porque el sector vitivinícola se encuentra fracturado en su representación desde hace poco más de un año. Por eso, paralelamente a la actividad de Coviar se realizó un almuerzo de la agrupación de Bodegas Argentinas, que reúne a unos 200 establecimientos. Al respecto, el diputado nacional por Mendoza y ex gobernador, Alfredo Cornejo, criticó que no se haya “convocado a los dos sectores”.
La jornada de la Coviar se desarrolló en el Centro Regional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ubicado a 36 kilómetros de Mendoza capital. La delegación que acompañó al presidente estuvo integrada por los ministros del Interior, Eduardo de Pedro; y de Agricultura,Luis Basterra, a los que se sumaron el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, el secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi, y el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello.