“Y un día las importaciones de julio fueron menores a las del año pasado. Doce meses pasaron para que esto sucediera. Estamos de acuerdo con la competencia, pero no con la que es desleal y eso es lo que sucedía”, escribió en las redes sociales el consultor y ex dirigente del sector porcino argentino, Juan Luis Uccelli.
Se refería a que finalmente el mes pasado se hizo visible el freno que impuso el Banco Central a la salida de dólares a valor oficial para importar ese tipo de carne de Brasil. Para los productores locales, se trataba claramente de una competencia desleal.
Los datos oficiales que suele recopilar y difundir Uccelli indican que en julio pasado se importaron 1940 toneladas de carne porcina, sobre todo desde Brasil, lo que significó una caída del 24% respecto de igual mes del año anterior, cuando se habían comprado 2.547 toneladas. Es la primera vez que se registra una caída de ese flujo de importaciones luego de muchos meses de subas.
“Las importaciones se han tranquilizado por distintas variables que van desde las restricciones a la
obtención de divisas, al aumento de los precios internacionales y la desconfianza de venta a los ocasionales importadores por parte de las empresas de otros países (tienen miedo de no cobrar…)”, explicó Uccelli en un informe sobre el mercado de cerdos.