La pequeña bodega de Diego Espinoza se llama “Altura de los Viñedos”, aunque debería ser al revés, pues la frase refiere a que en ese establecimiento se elabora vinos con uvas que están cultivadas a muchos metros sobre el nivel del mar. Exactamente a 1.505 metros, que es la altitud en la que se ubica la localidad catamarqueña de Fiambalá. Pero también traen uva de Medanitos, que está a 1.900 metros.
Diego viene de trabajar en otra bodega de la zona, pero luego de adquirir conocimiento suficiente se largó a producir sus propios vinos en 2010. Para eso está construyendo laboriosamente su propio establecimiento “todo de tierra”, es decir con ladrillos de adobe que convierten la construcción en “térmica” y permiten que no varíen las condiciones del vino sean días de calor o de frío.
Mirá la entrevista con Diego Espinoza:
Espinoza es doblemente emprendedor, porque no tiene viñedos propios ni tiene tierra donde implantarlos. “Nosotros lo que hacemos es elaboración. Compramos uvas a determinados viñateros, gente que trabaja siempre con nosotros. Por ahí ellos tienen su propia cultura y a lo mejor nosotros les sugerimos ciertas cosas. Y así vamos haciendo un trabajo en conjunto”.
-¿Qué le sugería a esos productores?
-Por ejemplo que si tienen una parcela de otra uva que lo vayan cambiando a varietal, para asegurarle la compra de ese producto. Porque no tendría gracia que lo hagamos injertar otra cepa y luego no le podamos comprar.
En la zona de Fiambalá la vieja y querida uva chinche convive entonces con cabernet, malbec, syrah, y mucho bonarda. Esta última varietal está saliendo muy bien en la zona.
Diego es un autodidacta. “Desde los 24 años entré a trabajar en vino, no hice ninguna otra cosa después. Y uno aprende mucho trabajando en las bodegas. Tengo muchos amigos enólogos o que se dedican a la comercialización, y todos ellos te van enseñando”, agradece.
Su idea es llegar a hacer 45 mil litros, que es la capacidad máxima de la bodeguita que construye. Por ahora va solo por 15.000 pero se toma su tiempo, porque pretende crecer elaborando vinos de calidad, y no en cantidad.
-¿Y para vos son buenos los vinos que se pueden hacer en Catamarca?
-Por ahí nos faltan ciertas condiciones, algo de infraestructura. Con aporte de tecnologías podemos estar a la altura de San Juan o Mendoza, porque la calidad la tenemos. La ventaja que nos llevan es la tecnología que ellos están utilizando en sus bodegas.