En febrero volvió a crecer el volumen de carne vacuna exportado por los frigoríficos argentinos, a pesar de todos los problemas de competitividad que tiene el sector.
Las ventas, de acuerdo a lo que informa el Indec, sumaron 51,5 millones de toneladas peso producto, lo que significa cerca de 73 mil toneladas res con hueso. La cantidad es similar a la de enero de este año, siendo febrero un mes con menos días hábiles, se traduce en un incremento diario en los negocios.
Respecto del mismo mes en 2022, cuando arrancaba un período de muy buenas ventas a China, el crecimiento en volumen fue del 7%.
Los embarques a ese destino, que desde hace unos años es el mayor comprador de los países del Cono Sur, significaron casi el 77% del total exportado, marcando un incremento respecto de enero de 3,4%.
El aumento en las ventas al extranjero, y especialmente al mayor cliente del país, tiene mucho que ver con la creciente y anticipada salida de vacas de los campos de cría debido a la falta de pasturas. De la faena de esa categoría surge la mayor parte de la carne que se despacha al gigante asiático.
El incremento en la oferta ganadera, y de vacas particularmente, sumado a las complicaciones que tuvieron los frigoríficos para liquidar divisas por fuera del sistema oficial, deprimieron los precios de estas haciendas de acuerdo a lo que cuentan fuentes en el sector.
Esa pérdida de ingresos de los criadores, le devolvió al negocio exportador por el contrario la competitividad perdida por los derechos de exportación y el desdoblamiento cambiario.
El precio de la vaca se viene derrumbando desde febrero y en lo que va de marzo el valor promedio en el Mercado de Cañuelas es de 224 pesos por kilo, cuando en igual período del año pasado fue de 187 pesos. La mejora interanual es de tan solo el 20%, con una inflación acumulada por encima del 100% y costos forrajeros con fuertes incrementos como consecuencia de la sequía.