En febrero pasado las compañías agroindustriales argentinas liquidaron la suma de 1810 millones de dólares, el monto más elevado desde el año 2014.
“Ese resultado se explica por el incremento de los precios internacionales de los productos industrializados basados en la soja y de los commodities en general, además de que prosiguió la regularización de embarques demorados en diciembre y a comienzos de enero por distintas medidas de fuerza sindicales, y la liquidación de stocks para facilitar el ingreso de la próxima cosecha gruesa”, informó la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) por medio de un comunicado.
El ingreso de divisas acumulado de la agroexportación en los primeros dos meses del año alcanzó los 3950 millones de dólares versus 2428 millones en el mismo período de 2020. Se trata del nivel más elevado desde 2016, cuando se registraron ingresos en el bimestre por 4123 millones de dólares.
La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial.
“La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas”, señaló el informe de Ciara-CEC.
“En este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas, ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera”, añadió.