En el primer bimestre de 2023 las empresas agroindustriales argentinas liquidaron la suma de 1573 millones dólares, una cifra 68% y 60% inferior a la registrada en el mismo período de 2022 y 2021 respectivamente.
En lo que respecta a las agrodivisas ingresadas en febrero pasado, sumaron apenas 644 millones de dólares, el nivel, en términos nominales, más bajo desde febrero de 2004, según datos informados por Ciara-CEC.
Si se tiene en cuenta la depreciación del dólar estadounidense –considerando la inflación oficial anual de EE.UU. del 6,4%–, la caída de ingresos, en términos reales, es mucho más profunda.
La razón de semejante caída obedece a dos cuestiones. La primera es el fracaso de las cosechas argentinas de trigo y cebada generado por un desastre climático (sequía + heladas tardías), que redujo de manera sustancial la oferta exportable de ambos cereales.
La segunda es de orden político, dado que buena parte de las divisas ingresadas en 2022 corresponden a un adelantamiento de divisas realizado por el sector agroindustrial en el marco de las dos ediciones del régimen cambiario especial denominado “dólar soja”.
Como en economía la magia no existe, el “anabólico cambiario” instrumentado en el último tramo de 2022 por el “dólar soja” implica contar con un menor ingreso de divisas en el primer tramo de 2023.
De todas maneras, está en carpeta la implementación de una tercera edición del régimen del “dólar soja” en caso de que el nivel de reservas internacionales del Banco Central (BCRA) se encuentre nuevamente en estado crítico.
Por otra parte, el fracaso de la cosecha de granos gruesos anticipa que buena parte de las divisas que debería aportar el sector agroindustrial este año quedarán en el camino a causa del desastre climático.