El establecimiento Rincón de López cuenta con una pizarra en la cual todos los integrantes del equipo tienen que apostar cuál proyectan que será el índice de preñez y el peso vivo al destete logrado. Aquellos que acierten o que más se aproximen al resultado final recibirán un premio: una caja de vinos de alta calidad.
Si bien se trata de una cuestión lúdica –con un premio nada despreciable, por cierto–, es útil como recordatorio constante de la importancia de fijar metas productivas y cumplirlas, de acuerdo a lo establecido en el marco de una adecuada política de gestión de personas.
La empresa, que forma parte del CREA Castelli-Belgrano (región sudeste), no la tiene para nada fácil: la mayor parte del área productiva corresponde a un cangrejal lindante a la costa del Río de la Plata, el cual, si bien tiene un escaso potencial forrajero, es aprovechado al máximo con un pastoreo rotativo intensivo.
“La base del éxito de una empresa es contar con un equipo de trabajo capacitado y motivado”, explica Miguel Casares, administrador de Rincón de López. Todo el personal recibe bonificaciones asociadas a la evolución de indicadores productivos, las cuales, en algunos casos, pueden llegar a representar hasta tres salarios adicionales por año.
“En las actividades de cría y recría está prácticamente todo inventado: las diferencias se observan en la implementación de las tecnologías de procesos, es decir, en el modo de hacer las cosas -cómo y cuándo realizarlas- y además realizar un seguimiento sistemático de los registros para detectar qué se hizo mal o que se podría haber hecho mejor”, remarca Miguel en un artículo publicado en Contenidos CREA.
Los integrantes del equipo se encuentran capacitados para tomar decisiones de manera autónoma en lo que respecta a la gestión de las tropas en los diferentes potreros, los cuales se encuentran ambientados según potencial productivo y categoría.
La implementación de un protocolo para realizar un seguimiento estandarizado de la condición corporal de las vacas de cría -llevado a cabo con asistencia de la consultora SmartFarming, cuyos representantes visitan el establecimiento cuatro veces al año- junto con el monitoreo sistemático de la disponibilidad de recursos forrajeros (campo natural, pasturas y silos de maíz y de sorgo), permiten ajustar la carga animal en función de la oferta disponible, de manera tal que el estado del rodeo de cría permanezca siempre en óptimas condiciones.
“El sistema debe ser flexible, no sólo por la cuestión climática, sino también porque eso le permitirá adaptarse a las particulares condiciones económicas presentes en la Argentina, que son muy cambiantes”, apunta Miguel. En estos días están planificando circuitos destinados a estirar la terminación de la hacienda hasta julio o agosto próximo, dado que entienden que la actual coyuntura está signada por un bajón de precios provocado por una sobreoferta, fenómeno que comenzaría a mermar en el segundo semestre del año.
Tradicionalmente, cada 45 días se releva la situación forrajera presente en la empresa para actualizar la proyección de disponibilidad de recursos, aunque, en el marco del desastre productivo inédito que se registró en la presente campaña, esa tarea comenzará a hacerse ahora cada 30 días.
“La base del buen funcionamiento de la empresa es el conocimiento. Todos saben qué tienen que hacer y lo hacen en el momento oportuno y de manera eficaz; incluso el tractorista fue capacitado en lo que respecta, por ejemplo, al procedimiento de desmalezado en los diferentes momentos del año y de estado del pasto. La virtud del conocimiento es que genera autonomía en cada una de las decisiones; el que mejor sabe cuándo es necesario cambiar una parcela es quien está haciendo esa tarea a conciencia”, señala Miguel.
“Habitualmente organizamos charlas con todos los integrantes del equipo en las cuales expongo lo mismo que ante los directores de la empresa: cuáles son los objetivos, qué se hizo bien y qué tenemos que mejorar. Si todos estamos alineados con las metas y entendemos por qué hacemos lo que hacemos, en un entorno de diálogo y confianza, entonces podemos esperar resultados favorables en un ambiente en el cual es agradable trabajar”, agrega.
Esta campaña fue tan dura que, al momento de realizar la planificación forrajera anual, el escenario más pesimista ya había sido perforado por la realidad provocada por el desastre climático. “Probablemente sea necesario retrotraerse hasta la década del 20 del siglo pasado para tener registros de algo comparable a lo que sucedió en 2022/23”, comenta.
De todas maneras, gracias a la gestión de datos y a una adecuada planificación, en el presente ciclo se priorizó al rodeo de vacas para reducir la proporción de la recría en el establecimiento, lo que posibilitó mantener su estado corporal. “La diferencia está en las tecnologías de procesos; todos podemos equivocarnos, pero con información y conocimiento aplicado podemos reducir el margen de error”, resalta el empresario CREA.
“En campañas tan dramáticas como la que estamos atravesando es factible observar las diferencias entre los sistemas ganaderos de las empresas CREA, que son gestionados con información y con todo el conocimiento originado en la red, respecto de aquellos campos que no aplican esa tecnología, donde los tactos van a registrar caídas considerables en algunos casos”, resume Miguel.
Creí haber visto todo. Pero no. Siempre aparece una pelotudez nueva. Siempre es esperable desde el movimiento CREA
¿No te parece agresivo tu comentario?, ¿por que desmerecer así a una comunidad de productores que se reúnen con el propósito de mejorar?
Me gustaría saber de quién es ahora ese campo. Originalmente fue del abuelo materno de Juan Manuel de Rosas, López Osornio, quien murió a manos de indios pampas
Enzo Buscaglia, cuidado, no te mires al espejo, te podes dar asco.
Resentido social, deja que la gente disfrute.
Capitan veneno
Que buen sitio es bichos de campo, realmente son federales y los más objetivos que he visto!!