Si no se presenta ningún inconveniente climático, Argentina en el ciclo 2021/22 está en condiciones de producir 55,0 millones de toneladas de maíz con una oferta exportable récord histórico de 38,0 millones de toneladas.
La gran novedad para el ciclo 2021/22 es que se espera un crecimiento sustancial del flujo exportador hacia mediados del año que viene a partir del crecimiento del área de maíz tardío.
La contrapartida de la bonanza del maíz es el estancamiento de la producción de soja, lo que impide que desde el ciclo 2016/17 crezca el procesamiento interno de la oleaginosa.
“En los últimos años ha aumentado la capacidad ociosa de la industria aceitera al 40%, en un sector que ha realizado inversiones para moler más de 60 millones de toneladas de soja por año”, explicó el economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Agustín Tejeda Rodríguez, durante el lanzamiento de la Campaña Gruesa 2021/22.
Respecto del aporte total de las cadenas de cultivos extensivos a la economía argentina, Tejeda Rodríguez señaló que durante este 2021 el sector está teniendo un rol protagónico con una contribución récord en muchas variables clave: recaudación fiscal de 15.313 millones de dólares (+49% que en 2020), exportaciones por 36.684 millones (+48%) y Producto Bruto Agrícola por 45.024 millones (+45%).
“El significativo crecimiento de los precios de los granos ha más que compensado la caída de las cantidades producidas como consecuencia del impacto de La Niña”, indicó.
En relación a lo previsto para 2022, el economista subrayó que, aunque menor a la del 2021 debido a un descenso esperado en los precios internacionales, la contribución del agro continuará en niveles históricamente altos.
De todas maneras, Tejeda Rodríguez advirtió que los excepcionales precios actuales que tienen los granos “no deben llevarlos a malas decisiones de políticas porque las cantidades exportadas por la Argentina vienen creciendo a un ritmo bastante inferior al presente en muchos de nuestros principales competidores.