En las últimas jornadas los valores FOB del maíz fijados por la Secretaría de Agricultura comenzaron a subir de manera desproporcionada con respecto a las referencias presentes en Brasil y EE.UU. El cereal argentino, en cuestión de días, pasó de ser el más barato al más caro del mundo.
Ese fenómeno no casualmente coincide con la implementación del régimen del “dólar maíz” y la ampliación del cupo de exportación del cereal correspondiente al ciclo comercial 2022/23.
Vale recordar que los valores FOB publicados por Agricultura deben emplearse tanto para calcular el derecho de exportación (que se paga por adelantado en un 90%) como la liquidación final por ingresar al momento de concretar el embarque. Eso implica que, al incrementar dicho valor FOB, lo que ocurre es que –de manera indirecta– se incrementa la “retención” vigente sobre el maíz (que es del 12% del valor FOB).
Es decir: las autoridades de la Secretaría de Agricultura tienen la manera, a través del “toqueteo” de los FOB oficiales, de incrementar la retención sobre el maíz, algo que resulta insólito, porque en circunstancias normales para esta época del año el valor FOB del maíz argentino no podría superar nunca al FOB del cereal brasileño.
Los encargados de manipular los precios FOB del maíz se entusiasmaron tanto que a fines de julio pasado incluso llegaron a sobrepasar la referencia de precios en EE.UU., un hecho inédito porque Argentina se encuentra en plena cosecha de maíz tardío y EE.UU. está atravesando el último mes de ciclo comercial 2022/23.
Sin embargo, es evidente que luego alguien debe haber dicho “muchachos, paren un poco la mano”, porque los precios FOB del maíz comenzaron a ser ajustados, aunque siguen por arriba de la referencia presente en los puertos del sur de Brasil.