No debe existir un tipo menos transparente en la función pública, al menos en materia de política agropecuaria, que el contador Luciano Zarich. En Bichos de Campo no tenemos dudas en bautizarlo como “Rey de la falta de transparencia” porque lo sufrimos en carne propia: justamente desde el inicio del nuevo cepo a la exportación de carne vacuna, en mayo de 2021, estamos reclamando sin éxito que el Estado difunda los nombres de las empresas que reciben los permisos de exportación que distribuye Zarich desde la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario, que tomó las funciones de la ex ONCCA.
Nunca lo logramos. En acuerdo con la Secretaría de Comercio Interior, Zarich es quien decide qué frigorífico puede exportar, en qué cantidades, qué cortes y otros tantos etcéteras, y a pesar de ello no informa públicamente quienes son los beneficiarios de sus decisiones.
Semejante oscuridad sería motivo de preocupación en cualquier país normal, pero aquí es moneda corriente desde que Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray administraban las exportaciones de carne mediante los ROE. Ahora se llaman de distinto modo: son las Declaraciones Juradas de Exportación de Carnes (DJEC). El contador Zarich las distribuye en el máximo de los secretos, pues no se conoce ni quien las recibe ni a quién se las rechaza.
Pese a que el ex ministro de Agricultura, Julián Domínguez, prometió enmendar esta irregularidad y comenzar a publicar esos datos, esto jamás sucedió. Y cuando Bichos de Campo apeló a la Ley de Acceso a la Información Pública a fin de 2021 para conocer el listado de los frigoríficos que habían recibido DJEC, Zarich contestó de mala gana y con un listado encriptado, que no permitía ordenar ni utilizar los datos.
Por eso nosotros bautizamos a Zarich, que además fue el ex interventor del gobierno en la fallida intentona para expropiar a Vicentin, como “el rey de la falta de transparencia”.
Además de ocultar a propósito y con dudosos fines información que debería ser de acceso público (como lo son, en comparación, las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior -DJEV- que regulan las multimillonarias exportaciones de granos y subproductos), Zarich ya tiene antecedentes mucho más graves, que nos hacen sospechar no solo le gusta esconder sino preguntarnos también por qué lo hace. Por ejemplo, cuando en los últimos tramos del gobierno de Cristina Kirchner permitía -como director de matriculación de Agricultura- que operaran en el mercado empresas recontra truchas, que luego recibían ROE para exportar trigo y maíz de parte de CAPECO, la cámara de cerealeras que armó Guillermo Moreno y asignó a su amigo, el ruralista K Ider Peretti.
Ya hemos escrito suficiente sobre eso, aportando las pruebas, sin que sirviera para nada.
En este artículo recordamos todos estos antecedentes solo para informar ahora que, según confiaron dos fuentes a este medio, el massismo está desembarcando en la Secretaría de Agricultura con intenciones de crear allí un super ente que no solo manejaría los permisos de exportación de carne (DJEC), como sucede hasta ahora con la ex ONCCA, sino también la administración de todos los cupos de exportación, incluyendo las mencionadas DJVE del sector agrícola y los cupos arancelarios pactados con otros países, como la Cuota Hilton con la Unión Europea; la cuota de 20 mil toneladas para Estados Unidos, la Cuota 481 de carne de feed lot, entre otras.
En la reestructuración que plantea Massa de este espacio de gobierno que ahora depende directamente de él, la intención sería que la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario absorba parte de las funciones que ahora realiza -con mucha mayor transparencia que Zarich, debemos decirlo- la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, un área que depende directamente del ministro o secretario.
El Rey de la falta de transparencia y ex subinterventor de Vicentin estaría a sus anchas. Y nosotros, algo es seguro, estaremos mucho más intranquilos de que el Estado se utilice con fines distintos a los que deberían guiar su trabajo. O por lo menos, no tendremos manera de chequearlo.