Se habla mucho del desarrollo de blockchain, pero no todos saben que esa tecnología también resulta clave para consolidar la trazabilidad de procesos agroindustriales y la seguridad alimentaria. Hoy los consumidores pueden, mediante el escaneo de un chip o un código QR colocado en un empaque de alimento, acceder al historial completo de ese producto que desean consumir y verificar su autenticidad.
El blockchain es muy útil para conocer aspectos en la cadena de suministros, ya que permite rastrear alimentos en las etapas de producción, procesamiento y distribución con el propósito de evitar fraudes, asegurar la inocuidad alimentaria y establecer una comunicación más eficiente con los consumidores.
En Argentina este tema desvela a más de un empresario. Juan Litovichi es uno de ellos. Él fundó y dirige junto a su socio, Carlos Hug Belmont, la empresa BeefLedger South America, que vendría a ser un brazo de la original fundada en 2017 en Australia.
Durante tres años esa firma proveyó a China de carne premium trazada con blockchain, hasta que llegó la guerra comercial entre ambos países y entró en juego Argentina, país que está por concretar el envío de una muestra de 1200 kilos de carne premium a la nación asiática.
Mientras Australia mandaba cortes premium, Argentina y países como Brasil despachaban carne de mas baja calidad, pero, luego de conflicto político con Australia, algunos importadores chinos salieron a buscar los cortes premium en otras naciones.
El embarque se enviará a través de la marca Aliarg la semana entrante a la región de Shenzhen. El envío contiene distintos cortes premium: lomo, cuadril, entraña, ojo de bife, bife ancho y bife angosto. El acuerdo se logró entre tres partes privadas: BeefLedger a través de su sede en Argentina, gestionada por Litovichi; la empresa Carne Hereford S.A., fundada por la Asociación Argentina Criadores de Hereford, y la firma china de alimentos Australasia Food Co. Ltd. El objetivo es validar los atributos de la carne premium argentina e impulsar el crecimiento de la exportación al mercado chino.
En diálogo con Bichos de Campo, el empresario y también abogado, declaró que junto a su socio y la empresa IBM estaban en proceso de desarrollo de una tecnología similar a la utilizada por BeefLedger, pero con la pandemia se retrasó todo y tuvieron que encontrarle la vuelta.
“Decidimos asociar los proyectos de cada uno, tanto el de Argentina como el de esta empresa en Australia y entonces juntamos la tecnología de ellos y nuestro equipo para desarrollar el mercado desde Sudamérica hacia ese destino asiático”, remarcó Litovichi.
Emprendedor, como se define, Litovichi, que cuenta con veinte años de experiencia en el ecosistema de Internet y tecnología asesorando a empresas en Latinoamérica, aclaró que los australianos proveerán la tecnología, mientras que la Argentina se encargará de los envíos de carne a China.
El socio fundador de la sede sudamericana de BeefLedger explicó que el consumidor chino que adquiera esa carne podrá determinar a través de un código QR en el empaque tanto el origen como procedencia de ese alimento. “Acercando el celular y escaneando el código QR podrá ver todos los eventos ejecutados en la cadena de blockchain, por ejemplo, la estancia de donde salió el animal o el transporte que lo llevó a determinado frigorífico”, resaltó.
“Ofrecemos este servicio porque es una exigencia del gobierno chino para evitar el contrabando. De hecho, de cada dos kilos de carne australiana que se vendía como tal en ese país, un kilo era realmente carne vacuna australiana, pero el otro kilo no era carne vacuna, sino de otro animal como búfalo, y había casos en que la procedencia ni siquiera era de Australia”, advirtió.
Me pone muy feliz saber que, en medio de todas las dificultades, hay argentinos que con esfuerzo y talento siguen desarrollando respuestas creativas para nuestros productos. Te felicito @JLitovichi 👏🏼
🥩 https://t.co/XXqtfDOkCK / @BeefLedger1 pic.twitter.com/do1EklOyWb
— Fabio Quetglas (@fabiojquetglas) February 15, 2021
La satisfacción de Litovichi por el acuerdo trinacional generado con Carne Hereford S.A y Australasia Food Co. Ltd es grande, pero no suficiente, dado que, según agregó, “con estas tecnologías podríamos determinar más cosas, como, por ejemplo, registrar la genealogía del animal, tanto el genotipo como fenotipo, determinar el establecimiento en el cual fue criado, cuál fue su modo de producción y cómo fue alimentado, es decir, cada paso de la vida de ese animal”.
“Ya hay mercados que piden estos aspectos. Debemos ir por más”, concluyó. Pues, que así sea. Argentina, con el blockchain alimentario, tiene una oportunidad enorme para transparentar la cadena de suministros de la industria alimentaria para conferirle una mejor reputación a todos sus integrantes, desde los productores hasta los distribuidores, brindando confianza al último y más importante eslabón: los consumidores.