Esta semana el Servicio Meteorológico Nacional pronosticó los mayores acumulados de precipitaciones en parte del sudoeste y oeste bonaerense, así como en el noreste de La Pampa.
En el resto de la zona pampeana y del norte argentino se prevén aporte de lluvias moderados a bajos, los cuales resultan insuficientes para revertir el déficit hídrico presente en vastas regiones productivas del país.
El fenómeno, lamentablemente, vendrá acompañado por una ola de temperaturas elevadas en el norte de la zona pampeana, NEA y NOA, las cuales comenzarían a “aflojar” recién a partir de la semana que viene.
Este martes un frente de tormentas se extiende sobre parte del sur de la zona pampeana, el cual se mantendrá hasta mañana miércoles con extensión hacia el NOA y parte del NEA.
La siguiente “tanda” semanal de precipitaciones comenzaría a gestarse entre la noche del jueves y la madrugada del viernes próximo para extenderse durante todo el día sábado.
Los cultivos más comprometidos en la actual coyuntura climática son los de siembras tempranas, cuya cosecha, en el caso del maíz, comienza en marzo próximo, mientras que en lo que respecta a la soja se inicia en abril. Los cultivos de siembras tardías tiene aún probabilidades de evitar el desastre en caso –por supuesto– que las lluvias tiendan a normalizarse a partir de febrero.
El déficit hídrico está lejos de ser un problema solamente para el sector agrícola –que es el principal generador de divisas en la actual coyuntura argentina–, dado que también está liquidando la oferta forrajera en pasturas y pastizales, lo que obliga a “liberar” campos y, de esa manera, saturar el mercado de hacienda en un momento en el cual lo precios de la carne vacuna muestran un retraso histórico respecto de la inflación promedio de alimentos.