Elena Patrón es una ingeniera agrónoma del Uruguay que ha trabajado a lo largo de toda su vida analizando la interacción del ganado con el pasto, la nutrición y fertilidad de los suelos. Estuvo disertando en el último simposio de Fertilizar en Rosario y dejó muy en claro sus conceptos, que son disruptivos pero tiene a la vez muchísima lógica.
Patrón comenzó señalando que no hay actividades buenas o malas para el ambiente de por sí, sino que cabe el manejo que hagamos de cada una de ellas, sea agrícola o ganadera. Aclaró que todas las actividades antrópicas son de por sí extractivas pero hay formas de minimizar el deterioro que provocan en el ambiente, pensando sobre todo en el recurso suelo.
Patrón trabaja con vacas desde hace mucho tiempo dentro del Grupo Agua y Leche de Uruguay, y llegó a la conclusión que los animales pueden trabajar a nuestro favor o en contra, y destacó la importancia del diseño y acceso a las aguadas en los lotes.
“La vaca devuelve el 95% de los nutrientes al suelo a través a sus heces y a su vez el 80% de sus excretas quedan cerca de los bebederos. Por una cuestión de reflejo animal. Así que si tenemos un bebedero cada dos kilómetros la deposición no será homogénea y el consumo de pasto tampoco. Haciendo mucho calor no se alejará mucho del agua”, explicó con cierta lógica a Bichos de Campo.
Aquí la entrevista completa:
“La ganadería va con agua, siempre. Sino atentamos contra el suelo. Que tengan agua cerca es como decir ‘on the rocks’, como si nosotros tenemos una bebida mientras miramos un partido. Nos terminaremos tomando varios vasos si no nos tenemos que levantar. A la vaca le pasa lo mismo, y cuanto más consumo de agua, más consumo de materia seca y por lo tanto engorde”, explicó Patrón.
La singular agrónoma trabaja diseñando campos y lotes para eficientizar el sistema y la vuelta de los nutrientes al sitio de extracción, dentro de la famosa ‘economía circular’. “Es todo cabeza y diseño, para comer parejo todo el lote con agua a discreción”, indicó.
“Para el caso de la lechería, donde se cuida permanentemente la nutrición de las vacas y se hace mucha reserva forrajera; nunca se tuvo en cuenta todos los nutrientes que sacamos del suelo, 10 toneladas de materia seca de silo se llevan 180 kilos de potasio. Y no los devolvemos al lugar de donde se sacó. Y todo se agrava aun más cuando lo ponemos en una playa de alimentación, porque nos queda más cómodo. Luego tenemos que juntar todas las excretas y utilizar bombas para devolverlas al campo, todo un costo elevadísimo y siendo imposible devolver a todos los lugares donde se extrajo el nutriente”, contó Patrón.
“La vaca termina siendo una verdadera fertilizadora viva. A los precios de hoy, un novillo devuelve a través del bosteo 93 dólares al año de nitrógeno, fósforo y potasio; los nutrientes más necesarios para las plantas”, contó.
“La clave somos nosotros y cómo usamos la cabeza. Nos resulta más cómodo y predecible darle la bolsa en el comedero, porque el pasto es más desigual a lo largo del año y las temporadas, pero cuando lo aprendemos a manejar se pueden predecir un montón de cosas sin grandes costos”, finalizó la experta oriental.