En la comunidad agropecuaria hay bastante consenso sonre que los agroquímicos no son del todo buenos para el ambiente y por eso deben ser utilizados con responsabilidad y cuando fuera posible en dosis cada vez más pequeñas. En todo el mundo por eso se intenta su reemplazo paulatino por bioinsumos, es decir sustancias de origen orgánico que cumplan las mismas funciones para prevenir ataques de insectos, malezas o enfermedades.
En algunas organizaciones sociales, agrarias y hasta políticas la erradicación de los agroquímicos (aquí los llaman “agrotóxicos”) se ha convertido casi en una cuestión de vida o muerte. Lejos de las transiciones, proponen erradicar de plano el uso de insumos de síntesis química. Entre quienes militan esta postura está el MTE Rural, el brazo agropecuario del sector que lidera Juan Grapois. Días atrás, Bichos de Campo entrevistó a Lautaro Leveratto, el coordinador agropecuario de ese espacio, quien inclusive contó que el movimiento armó una “red de biofábricas” para reemplazar con bioinsumos los tradicionales herbicidas, insecticidas y fungicidas utilizados en el agro más convencional.
Pero por más romántico que parezca ese camino productivo, ni Grabois ni Leveratto parecen estar a salvo de las críticas o las polémicas. Y puede suceder que también a ellos les quepa el sayo a la hora de hablar de los “venenos” que utilizan los productores a la hora de pelear contra plagas o enfermedades.
El sitio especializado Agribio, que justamente se dedica a contar las novedades que se van produciendo en esta transición global desde los agroquímicos a modos más orgánicos de producción, denunció en un artículo que “esta semana se conocieron más imágenes de movimientos sociales, supuestamente asesorados por agrónomos, y hasta se mencionan profesionales del INTA involucrados, que elaboran y comercializan lo que denominan ‘Bioinsumos agroecológicos’ y muchos de ellos son verdaderas bombas tóxicas tanto para quien la elabora como para el sistema agrícola”.
¿Bómbas tóxicas? ¿Será para tanto? Por lo pronto, estalló una polémica.
La nota que prendió la mecha recordó que en el 1° Encuentro de producción con biológicos y estrategias sustentables realizado en marzo pasado en Tandil, “fueron muchas las voces que se levantaron para advertir sobre la producción y venta de productos biológicos no registrados” como correspondería, ante las autoridades pertinentes del Senasa.
Por ejemplo, se citó a Carlos Toledo, director de Agricultura de Entre Ríos, quien advirtió “Debajo del paraguas de la agroecología se producen y comercializan bioinsumos no registrados y no controlados”.
“Los productos caseros, no registrados no pueden ser comercializados por más que haya necesidad social”, recordó además Sebastián Gómez, del área de Registro de organismo sanitario nacional.
Esta es la cobertura que hizo Bichos de Campo de aquella reunión:
El MTE que coordina Juan Grabois es uno de los movimientos sociales que, escudados detrás de la bandera de la agroecología, llevaría adelante el uso de estos bioinsumos sin los correspondientes permisos, y por lo tanto sin demasiadas prevenciones técnicas.
Agribio citó varios casos de estos supuestos bioinsumos caseros, que incluso se elaboran bajo la mirada de programas oficiales como Cambio Rural. De hecho, ese plan estatal y el proyecto de agroecología del INTA llevaron adelante “una activa y participativa jornada de preparación de Bioinsumos que convocó a numerosos interesados pertenecientes al MTE Rural San Javier, participantes del Proyecto ADRA, integrantes de la huerta comunitaria Fátima, vivero 30 de marzo y Quinta 49 de la UTEP Colectivo Agroecológico de Río Negro, Viedma y Carmen de Patagones”.
La publicación especializada cuestiona especialmente que allí, según algunos videos difundidos, “se ve a diferentes personas mezclar azufre a cielo abierto sin ningún tipo de protección de inhalación ni elemento alguno para evitar el contacto con la piel. Está claro que el vapor de azufre es altamente tóxico, mucho peor que cualquier herbicida de los que tanto se denuncia”.
Otro caso relatado por Agribio sucedió el 30 de mayo e involucra a un grupo de UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), que a nivel nacional lidera el presidente del Mercado Central de Buenos Aires, Nahuel Levaggi. La organización había reinagurado la Biofábrica de Monte Vera, Santa Fe. Y explicaba que “las biofábricas son apuestas a la agroecología en manos de pequeños productores. Un espacio propio y genuino con el interés de producir alimentos propios, sanos y soberanos.
¿Qué tipo de bioinsumos comercializa la Biofábrica de Santa Fe? ¿Qué mediciones de toxicología tienen esos productos? ¿Con qué medidas de protección se elaboraron? ¿ Qué recomendaciones agronómicas poseen? ¿Sabrá la biofácrica que está prohibido comercializar esos productos y sólo está permitido la elaboración casera para uso propio?
Son todas preguntas pertinentes que se hace esta publicación especializada en bioinsumos, que evidentemente se ha transformado en otro terreno de combate entre agroecologistas y agricultores convencionales..
La publicación cita un caso concreto de un bioinsumo que carece de los permisos y análisis correspondientes: el “Caldo Sulfocálcico Bioinsumo Agroecológico” elaborado por el MTE de Grabois. En el envase del mismo el producto dice ser fungicida y acaricida y aclara que contiene proporciones inespecíficas de agua azufre y cal.
“El argumento es que el azufre mata pulgones, claro, pero también la planta si las proporciones son inadecuadas, e incluso afecta la piel y las vías aéreas de los operadores. El producto está prolijamente envasado, a la venta y en envases de 1 litro y 5 litros”, denuncia Agribio. También informa que el mismo grupo social “comercializa un supuesto Insecticida y acaricida elaborado a base de Aji y Ajo y cuya etiqueta no cumple con ninguna reglamentación vigente”.
Los técnicos que hacen esta publicación reconocen que “existen necesidades sociales muy marcadas en muchos sectores”, pero marcó que “la proliferación de estos casos son preocupantes desde todo punto de visto”.
“Preocupa que ‘pseudo coordinadores sociales’ le enseñen a la gente que mezclar azufre sin protección no es dañino para la salud, preocupa que no se respete la ley que involucra al Senasa en la habilitación de cada producto de uso agrícola y su pertinente evaluación toxicológica y técnica; y lo que más preocupa es el engaño al que se somete a grupos vulnerables invitándolos a creer que eso es agroecología y que la soberanía alimentaria pase por rechazar productos industriales, probados y seguros por ideología y sin ningún argumento técnico, científico y mucho menos médico”, definen.
Soy productor de bioinsumos, hoy está siendo estudiados por el INTA y el CONICET y quien sostenga que estos bioinsumos son peligrosos y tóxicos que lo demuestre porque quien acusa soporta el cargo de la prueba… bichos de campo, estás muy lejos del verdadero productor, a vos te pagan las agroquímicas genocidas
Si, y el sionismo internacional nos paga. Mientras tanto los debates que impulsamos para el agro van produciendo mejoras de a poco en los modos de producir. Saludos.
De que debate hablas si se cagan matando gente con los agroquímicos, y ni si quiera les dicen a los clientes, el cuerpo humano no está hecho para consumir cipermetrina glifosato ni todos esos generadores de cáncer, te lo dice un ingeniero y productor NATURAL. Las nuevas generaciones no son pelotudas, así como abandonamos la TV, también los vamos a abandonar a uds, nos los vamos a comer en pan casero. Saludos.
Claro. Porque seguro que los grandes agropecuarios y empresas del campo los usan con responsabilidad, por eso en hay ciudades donde por arte de magia la gente que labura en el campo se muere de cáncer y otras enfermedades con origen en los agroquímicos. NO JOSAN. NADIE CONTROLA AL CAMPO EN GRAL
Todas las corporaciones de agroquimicos tienen sus desarrollos biológicos. Y necesitan copar el mercado barriendo con argumentos baratos a quienes trabajan en la soberania de la producción. Lo hacen con la semilla y ahora con los bioinsumos.
Hasta ayer negaban el impacto de los agroquimicos en la salud y el ambiente, hoy se transforman en “inocentes vendedores de bioinsumos”. Hasta ayer pretendian fumigarte en la puerta de tu casa, hoy “les preocupa” los vapores del azufre. Hasta ayer, los bioinsumos eran “para la huertita”, hoy son materia de disputa. Son el mismo perro con diferente collar. ..
Mas preocupante para uatedes parece que ser que los envenenadores que financian sitio dejen de girar ganancias en dolares al exterior. Lamentable que en vez de buscar apoyar estas iniciativas intenten matarlas. Demuestra lo miserable que se puede ser en la lucha por dos migajas.
Bueeeno , leer la Nota y ver q son tannn obvios! Quien les paga? Decir aue los agroquímicos son un poco peligroso??? Que los bioinsumos son bombas! Los que hacdmos bioinsumos caseros sabemos que no es así , pero les arruinamos el negocio a Bayer…son patéticos
Les respondo a todos; si ponen en el buscador de bichos la palabra “agroecología”, verán historias de un montón de gente que no utiliza agroquimicos, que los denosta, que prepara sus propios insumos. Les hemos dado mucho espacio a estas experiencias y les seguiremos dando porque nos parecen legítima, son noticia. Con el mismo sentido, ahora les contamos que hay grupos especializados en agroinsumos que encienden una voz de alerta por la falta de controles y registro ante Senasa de muchos de estos bioinsumos. Nada, solo eso.Nadie está condenando nada sino pidiendo que las cosas estén más claras y reguladas.
Promovemos los debates para que crezcan los bioinsumos como deben crecer, al amparo de normas que aseguren su inoucidad. No es tan grave ni es ideológico y mucho menos nos pagan por hacerlo. Ustedes lo insinuan y son tan berretas como quienes del otro lado nos acusan de estar pagos por la agroecología.
No rompan. Gracias.
¿A qué se refieren con ‘pseudo coordinadores sociales’ ? ¿esta nota es para advertir el peligro de los bioinsumos?.. no, pregunto porque paaaaaarece que el objetivo es pegarle a Grabois, y decir que los muchachos del Movimiento de Trabajadores Excluidos venden veneno…
Es rara la manera que proceden.. porque si yo sé que alguien se está equivocando, sin darse cuenta, me acerco a esa persona y le digo: flaco la estas pifiando… sobre todo teniendo en cuenta que Bichos de campo ya ha entrevistado a Grabois, y por lo tanto le conoce y sabe cómo contactarse con él…
Es rara la manera que proceden.. yo (profe de Química) y no me parece que la nota sea sobre el peligro que el uso de bioinsumos puede implicar… ¿por qué tengo la sensación que están destilando odio…?
La pucha con el odio. Estamos mostrando a un sector dedicado a los bioinsumos advirtiendo -quizás no del mejor modo, pero es lo mismo que cuando los movimientos sociales cortan una calle para hacerse escuchar- que hay bioinsumos que no tienen registro ni autorización del Senasa. Nada más. Saludos.
“verdaderas bombas tóxicas”? Ojalá mi comida tuviera azufre y cal en lugar de clorpirifos, fipronil, imidacloprid e tutta l’artiglieria.
Dónde están las estadísticas de residuos tóxicos en alimentos? Me cansé de pedir la información a SENASA y ANMAT. Si la tienen escondida, es grave. Si no existe, es mucho más grave. Significa que en realidad no hay ningún control
Perdón. Cuál sería la bomba?
Ningun debate será positivo si las partes consideran sin argumentos, “enemigo” al otro.
Todos buscamos un fin común, INOCUIDAD Y SEGURIDAD ALIMEBTARIAS.
no perdamos ese foco en la discusión.
Jaja qué vergüenza estos “Bichos de campo ” ♂️
Aclaración: es importante no confundir insumos químicos con Bioinsumos para no marear al lector. Por definición Bioinsumo es:”TODO AQUEL PRODUCTO BIOLOGICO QUE CONSISTA O HAYA SIDO PRODUCIDO POR MICROORGANISMOS O MACROORGANISMOS, EXTRACTOS O COMPUESTOS BIOACTIVOS DERIVADOS DE ELLOS” (Res29/2016 CABUA). Según esta definición, establecida por el Comité Asesor en Bioinsumos de Uso Agropecuario (CABUA), el “caldo sulfocálcico” no es un bioinsumo.
Estos preparados los viene difundiendo el INTA hace años… Que terrible debe ser el ají y el ajo!! Bienvenidas las regulaciones, pero evidentemente no es el espíritu de la nota. Por otro lado, empecemos por casa porque de los 500 millones de litros de agroquimicos que tiran al suelo, no los fumamos por aire, napas, ríos.. No tienen prácticamente ningún control real de lo que ponen en las máquinas, en medio de la pampa no hay nadie prácticamente y hacen lo que quieren..