El domingo arrancó la feria CIIE en Shangai, China, el gran importador mundial de carne vacuna. La organización está a cargo de su gobierno, que busca mostrar y generar mayor apertura mundial. Por eso, en el arranque dio un discurso en forma virtual su máxima autoridad, Xi Jinping.
“Debemos avanzar constantemente en la globalización económica, mejorar el dinamismo de crecimiento de cada país y brindar a todas las naciones un acceso mayor y más justo a los frutos del desarrollo”, dijo el presidente chino en esa ocasión.
Así dio cuenta de la intención de incrementar las exportaciones que tiene su país, y la necesidad de abastecerse de aquellos alimentos que no producen, o que no llegan a tener en la cantidad que requiere su demanda interna.
Los exportadores que están en la muestra dijeron que la carne vacuna argentina sigue siendo un bien muy apreciado y requerido, pero que las condiciones del mercado están lejos de ser las mejores. Los altos precios de más de 6.000 dólares por cortes como garrón y brazuelo, quedaron en el recuerdo.
“Entre los exportadores hay coincidencia en que no se espera una gran demanda para el Año Nuevo Chino, a diferencia de otros años. Los importadores dicen que la economía china no se recuperó del todo post pandemia, que hay cierre de empresas y desocupación que afectan el consumo de carne sobre todo en restaurantes”, dijo a Bichos de Campo Fernando Herrera de la Asociación de Productores Exportadores.
La alta oferta mundial de carne vacuna les permite a los importadores asiáticos mantener a raya los precios. Además son empresas financiadas por un estado que los controla liberando o cortando el flujo de fondos, lo que les impide, en definitiva, tener manejo propio del dinero y decidir por su cuenta qué valores pagar.
“Los compradores encuentra en el mercado productos a los precios que están dispuestos a pagar. Ergo, no se esperan subas a corto plazo. También dicen que están liquidando stocks comprados a precios altos y reponen con importaciones a precios más bajos”, señaló Herrera.
En efecto la oferta global es alta, Brasil exporta más y eso les da margen para pisar los precios.
Al respecto de esto, el analista Ignacio Iriarte dijo en su reciente Informe Ganadero: “En enero-septiembre de este año (China) importó 2,035 millones de toneladas de carne vacuna, un 5% más que igual período del año pasado, por un valor de 10.400 millones de dólares, es decir, pagó 20% menos”.
Luego indicó que “el principal proveedor fue Brasil, con 843 mil toneladas, con una participación (en volumen) del 41,4%. El segundo fue Argentina, con 404 mil toneladas y una participación del 20%, mientras que el tercer lugar lo ocupa Uruguay, con 208 mil toneladas y un “share” del 10%. Estos tres países del Mercosur -Paraguay no está habilitado para China- proveen el 71% de las importaciones del gigante asiático”.
A pesar de este escenario, Herrera prefirió ver el vaso medio lleno: “La demanda China sigue siendo importante y los precios llegaron a un piso, dejaron de caer. La otra es que hay más interés por los cortes de alta calidad”.
Por su parte Carlos Odriozola, consejero del IPCVA por Sociedad Rural Argentina y miembro de un grupo de productores exportadores, dijo a este medio: “Hablé con varias de las 19 empresas presentes y todas han tenido muchas y productivas reuniones, en varios casos con cierres de nuevos negocios. El nivel de demanda es razonable”.
Los precios de la carne vacuna se sostienen en niveles lejanos a los picos pero similares a los promedios de los últimos años. Por la tonelada de garrón y brazuelo se paga 4.500 dólares la tonelada y por los sets de cortes de vaca entre 3700 y 4000 dólares.
El problema de los exportadores argentinos no pasa por el precio sino por la falta de condiciones de competitividad generadas por el desdoblamiento cambiario, los derechos de exportación y la inflación interna.