Hoy se publicó el informe mensual de oferta y demanda mundial de commodities publicado por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) con un dato que a esta altura resulta llamativo.
Se trata de la producción prevista de maíz argentino para el presente ciclo 2021/22, que el USDA estima en 54,5 millones de toneladas (versus 50,5 millones en 2020/21) para generar un saldo exportable potencial de 39,0 millones de toneladas, que representaría el 19% del total global.
Pero la realidad es que, ya finalizada la implantación de maíz temprano, la siembra de maíz tardío viene muy atrasada a causa de las restricciones hídricas presentes en el sector este de la región pampeana y el norte argentino.
La mala noticia es que el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar no prevé precipitaciones importantes en la zona pampeana hasta al menos el próximo 20 de diciembre, al tiempo que sí habría probabilidad de una recomposición hídrica en buena parte del NOA.
El contexto climático no ayuda porque estamos atravesando una segunda campaña consecutiva estival marcada con una fase ENSO Niña, algo que, en la historia reciente, terminó generando rendimientos de maíz inferiores a los potenciales.
A diferencia de lo que sucede con el registro de exportación de maíz 2020/21, que permanece cerrado por el gobierno, el registro del cereal correspondiente a la campaña 2021/22 está abierto con un ritmo de registraciones muy activo. Hasta el momento ya se declararon ventas externas de maíz 2021/22 por un volumen de 14,51 millones de toneladas.
En tanto, las compras declaradas de maíz 2021/22 por el sector exportador al 1 de diciembre pasado, según el último dato oficial disponible, eran de 11,11 millones de toneladas.