El informe mensual de oferta y demanda de commodities agroindustriales del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) sigue “inflando” los números de la cosecha gruesa brasileña.
Este viernes el USDA indicó que la cosecha 2023/24 brasileña de maíz alcanzaría 124,0 millones de toneladas, cuando el propio organismo brasileño Conab prevé hasta el momento 113,6 millones.
En el caso de la Argentina, el USDA aumentó la estimación de cosecha de maíz comercial para ubicarla en 56,0 millones de toneladas, una cifra que está en línea con la proyección realizada por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (56,5 millones) y la Bolsa de Comercio de Rosario (57,0 millones).
En lo que respecta a la soja, el pronóstico para Brasil fue establecido por el USDA en 155,0 millones de toneladas, cuando Conab proyectó en febrero pasado 149,4 millones y es muy probable que vuelva a ajustar a la baja esa cifra en el informe mensual por publicar el próximo 12 de marzo.
La entidad privada brasileña Aprosoja tiene una estimación que es sustancialmente inferior: apenas 135 millones de toneladas de soja. Es decir: las brechas entre las distintas proyecciones –increíblemente ya con buena parte de la cosecha recolectada– difieren de manera sustancial.
Sin embargo, está claro que el USDA, por alguna razón, sigue demorando la actualización del ajuste de la cosecha brasileña, dado que el propio organismo oficial de ese país (Conab) asegura hace semanas que no es factible que la producción de soja de este año supere los 150 millones de toneladas. Y no sólo eso. porque además aumentó este viernes la proyección de oferta exportable de poroto de soja de Brasil ¡en 3,0 millones de toneladas!
¿Cuál es la hipótesis detrás de tan extraño comportamiento? Veamos. El reconocimiento del impacto climático desfavorable registrado en Brasil obligaría al USDA a ajustar la oferta exportable potencial de soja de EE.UU. para 2023/24, lo que representaría, hasta el ingreso de la próxima cosecha estadounidense (septiembre 2024), una amenaza concreta para el bajísimo stock interno de soja en EE.UU.
Si a eso le sumamos que los productores argentinos, en un contexto de crisis cambiaria y macroeconómica, están reacios a desprenderse de su cosecha de soja, entonces es muy factible que la demanda internacional pueda concentrarse en EE.UU. para presionar por demás las escasas reservas de poroto presentes en ese país y comprometer eventualmente el “empalme” con la nueva cosecha.
En tanto, para la Argentina mantuvo la estimación de cosecha de soja en 50,0 millones de toneladas, una cifra que, tal como sucede con el maíz, no muestra grandes variaciones con respecto a la estimación realizada por la Bolsa de Comercio de Rosario (49,5 millones), aunque la Bolsa de Cereales de Buenos Aires considera que el número final será superior (52,5 millones).