En 2005, el sorgo de alepo fue la primera maleza que ofreció resistencias a la aplicación del glifosato. Diez años después se declaró la resistencia de esa planta a a los herbicidas inhibidores de ACCasa (más específicamente el haloxifop R metil) y luego se sumó la resistencia múltiple a ambos activos. Pero todo puede empeorar.
La REM (Red de Malezas Resistentes) coordinada por Aapresid acaba de declarar un “alerta rojo” por una nueva resistencia acumulada por el sorgo de alepo. “Debido al mayor uso de los graminicidas en sucesivas aplicaciones se ha ejercido una alta presión de selección y esto provocó que ahora estemos en condiciones de anunciar que el activo Cletodim se suma a la lista de resistencias de esta especie. Este activo pertenece al grupo de los DIM, también dentro de las ACCasa (graminicidas) compartiendo mecanismo de acción con los FOP”, explicó en el críptico lenguaje de la agronomía.
El Cletodim es un herbicida selectivo, post-emergente sistémico, para el control de gramíneas anuales y perennes, que es utilizado en cultivos como alfalfa, algodón, cebolla, girasol, maní, papa, poroto y soja.
La resistencia a ese agroquímico de parte de la maleza más difundida en el país fue confirmada por integrantes de la Cátedra de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la UBA. Ellos trabajaron con un biotipo de la localidad de Etruria, en el sudeste cordobés. La confirmación se llevó a cabo mediante estudios de laboratorio, en donde aplicaron tratamientos con los tres herbicidas mencionados para evaluar el nivel de supervivencia y luego llevaron a cabo las curvas de dosis respuesta de los graminicidas para estimar el índice de resistencia alcanzado. También fueron realizados estudios para identificar las mutaciones genéticas presentes.
Contó un informe de la REM que “en nuestro país la dispersión de esta maleza resistente a glifosato es casi total en toda la zona productiva, mientras que los casos de resistencia a haloxifop están concentrados en las provincias de Santa Fe y Córdoba mayormente, aunque se empieza a evidenciar su dispersión con declaraciones de sospechas más allá de esas zonas”.
Se lamentó que “la pérdida nuevamente de una herramienta esencial para el control de esta especie dificulta mucho su manejo ya que quedan pocos herbicidas postemergentes selectivos en soja para controlar esta gramínea”.
“Como preemergentes existen algunas opciones, pero al ser una maleza perenne se mantiene gracias a los rizomas que actúan como órgano de reserva, por lo que este grupo de herbicidas no resultan tan efectivos cuando queremos controlar el sorgo de rizoma”, agregó.
Luego de dar a los productores una serie de recomendaciones de manejo, Aapresid reconoció que “en cuanto a las herramientas químicas que pueden usarse como alternativas, debemos diferenciarlas según su principal uso. Preemergentes, para la prevención de plántulas proveniente de semillas como ser: diclosulam, clomazone, metolaclor y acetoclor. Como postemergentes quedan casi exclusivamente los activos pertenecientes al grupo de los ALS, que debemos combinar con las tecnologías de semillas disponibles para planificar el manejo”.
Pero falta poco tiempo, al parecer, para que estos herbicidas tampoco sirvan. “Cabe mencionar que en el mundo esta maleza ya presenta numerosas resistencias a activos que integran el grupo de los ALS, por eso es de esperar que si hacemos lo mismo con estos herbicidas que con los graminicidas, comenzando a usarlos de forma casi exclusiva puede ocurrir algo similar en cuanto a la generación de resistencia”, aclaró el documento.