Siempre, en cada rueda de negocios en lo que era el viejo mercado de Hacienda de Liniers o ahora en el renovado Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), en medio de remates que involucran a miles de animales, algún que otro vacuno muere dentro del transporte que lo trasladaba al lugar o bien dentro de los corrales. Es más bien inevitable: Desde el 1 de enero de 2025 hasta la fecha han ingresado al lugar unos 826 mil vacunos y es normal que alguno se manque. Los que se mueren son entre 2 o 3 en rondas de negocios que mueven más de 8.000 cabezas. Además hay animales “caídos”, que se lastiman por alguna razón y no pueden levantarse.
Históricamente había algunos operadores especializados en este tipo de animales “muertos y caídos”: se los llevaban de Liniers a menor precio y los utilizaban para algún destino industrial. Pero a partir de 2019 el Senasa comenzó a aplicar lógicas regulaciones, especialmente sobre los animales fallecidos, para tomar recaudos sanitarios y también respetar las normas de bienestar animal.
Entres 2020 y 2023, el organismo estableció nuevas reglas para la habilitación de ferias y mercados concentradores. El Artículo 10 de la Resolución 924/20 fue retocado varias veces, pero claramente establecía que “los animales muertos en transportes y/o en el predio concentrador deben ser eliminados dentro del mismo predio ferial y/o mercado concentrador”. Los métodos aceptados serían “composta, fosa cerrada o incineración cerrada u otro sistema de tratamiento químico, térmico, mecánico u otro que no produzca contaminaciones ambientales ni contaminaciones de residuos que afecten la salud pública o animal”.
Con los animales “caídos” se estableció que “solo podrán adquirir dichos animales aquellas empresas frigoríficas cuyas plantas de faena se encuentren en un radio de distancia no mayor a 50 kilómetros del predio concentrador”. Pero en realidad, en la práctica, el Senasa hasta ahora exigía su sacrificio dentro del mercado, impidiendo un aprovechamiento racional de ese recursos.
La novedad de este viernes es que, a través de una nueva resolución, el gobierno “autoriza el egreso de animales caídos y/o muertos del Mercado Agroganadero (en adelante, MAG), tanto de aquellos que se encuentren en el predio concentrador como de los que hubieren muerto durante su transporte hacia dicho establecimiento”. La condición que pone para hacer estos cambios es que el Mercado, que es manejado por un conjunto de casas consignatarias, presente un “Manual de Procedimientos”.
Sucesor de Liniers y ubicado en Cañuelas, el MAG es el gran mercado concentrador de hacienda en la Argentina: pasan por allí más de 1 millón de animales cada año. Entre sus modernas instalaciones se armó una necropsia tal como reclamaban las autoridades nacionales, en tanto que hasta ahora había delegado el tema de los animales “caídos” en una empresa de matarifes con una plata cerca del mercado.
Carlos Colombo, vicepresidente del MAG, contó a Bichos de Campo que estuvieron negociando mucho este tema con las diversas autoridades del Senasa, pero también con la Provincia y el Municipio, desde que abrieron sus puertas. “Todo el mundo quería agarrar este negocio, que es bueno porque el animal caído se termina faenando y se termina trabajando, mientras que el animal muerto va hacia una sebería”.
La posición del Senasa fue flexibilizándose en los últimos tiempos: “En su momento nos exigían a los animales caídos matarlos, ejecutarlos en el mercado y sacarlos como muertos. Pero el animal caído tiene un valor del entre un 30 y 50% del valor en pie. Gracias a muchas gestiones y diferentes intervenciones pudimos lograr -bajo muchos requerimientos- que nos permitan sacar los animales caídos, que se faenan en diferentes frigoríficos y se termine utilizando parte de la carne”, explicó el consignatario.
“Ahora estamos contentos con esta resolución, porque nos beneficiamos todos, productores, frigoríficos y todos, toda la cadena”, celebró.
¡Bravo! Finalmente la AFIP se enteró de que el viejo mercado ganadero de Liniers se mudó a Cañuelas
La cantidad de animales muertos o caídos suele oscilar dependiendo la época del año, pero rara vez supera el 0,2% de los ingresos. Hoy, con 8.500 vacunos en remate, hubo solo 3 caídos y 3 fallecidos. Estos números quizás se incrementen un poco en invierno, cuando sale la zafra de la vaca flaca que llega más sufrida el mercado.
“Lo incongruente de antes era que al animal caído nos obligaban a matarlo, no nos permitían bajarlo en el mercado para luego sacarlo como caído. Habíamos implementado el animal caído que venía en el camión, el mismo camión lo descargaba en un frigorífico de Cañuelas o Máximo Paz, para no llegar al punto de tener que matarlo y sacarlo como animal muerto, que iba derecho al cebo sin recuperar absolutamente nada de valor”, comentó Colombo, conforme por la corrección del Senasa.