El Senasa dio a conocer los datos de la segunda campaña de vacunación contra la fiebre aftosa, que confirman la caída del stock que varios analistas venían alertando.
En el segundo semestre del año pasado se vacunaron sólo las categorías menores, es decir, terneros, novillitos, vaquillonas y novillos. Resta saber la evolución de vacas y toros que, como reciben una solo dosis, solo son vacunados en el primer semestre.
Por lo tanto, para tener el dato preciso de la involución del rodeo ganadero habrá que esperar un par de semanas a que las autoridades den a conocer el respectivo informe anual.
Lo que se produjo fue una baja significativa en casi todas las categorías. “La caída del stock en estos casos es de 2,8%. Hay 820 mil cabezas menos en las categorías menores con respecto a las que se registraron en la segunda campaña de vacunación de 2023”, indicó el analista Ignacio Iriarte, siempre atento a la publicación de estos datos.
Según el consultor Andrés Costamagna, esto confirma la caída del stock que estimó semanas atrás y de lo que dimos cuenta en Bichos de Campo. A la luz de estos datos, sus cuentas indican que el rodeo habría caído en 1,5 millón de animales.
En cuanto a la baja que se produjo en cada categoría vacuna, Ignacio Iriarte indicó: “Lo que sorprende es que no se recuperó el número de terneros que se suponía iba a darse por la mejora climática de 2023/24”.
Esto tiene que ver con la evolución del clima. Las lluvias llegaron cuando el 2023 se estaba despidiendo, tarde para la producción del forraje pero suficiente para que las vacas tengan el estado físico necesario para quedar preñadas. Quizás se pueda esperar una recuperación del número de terneros en la próxima parición y destete debido al cambio de tendencia que se observa desde octubre–noviembre, y a pesar de la ola de calor de enero.
Respecto de las demás categorías, hay que destacar una caída de 6% en vaquillonas, lo que habla de mayores envíos a los feedlots y menos reposición de vientres con animales propios. Esto tendría dos lecturas: por un lado no hay una apuesta a la cría, pero también indica que los criadores se están quedando con los vientres que ya le dieron terneros y que no tienen resto para apostar por al crecimiento del stock.
El stock de novillitos se redujo 4% y el de novillos 4,4%. Este dato es también preocupante. Habla de una reducción de lo que debería ser el objetivo final de la cadena ganadera, producir machos con muchos kilos. Eso se viene reduciendo, lo que indica un achique del negocio en el que influyen diferentes cuestiones, sobre todo la falta de señales políticas, económicas y sectoriales que alienten las inversiones.