Aunque la campaña gruesa plantea un escenario donde la intención de siembra de soja aumentará en detrimento del castigado maíz, muchos consideran que es importante tener en cuenta las implicancias que tendría en el sistema y en la cadena la falta de rotaciones entre cultivos.
Para Rafael Villagra Delgado, asesor agrícola en la región NOA y miembro de la firma Efficatia, la caída de la siembra de maíz en un 75%, tal como plantean distintas estimaciones, podría conducir al sector a un serio “cuello de botella”.
“Nosotros escalonamos las siembras. En el norte largamos a fines de noviembre con la siembra de soja, lo que acá pueden llamar soja de segunda, que se puede extender hasta fines de diciembre. Y cuando terminamos generalmente, según humedad, el productor larga con los maíces. Hoy la intención de siembra es muy baja, casi nadie compró semillas. Y gran parte de esa superficie que no se siembre con maíz va a ir a soja, con todo el riesgo que eso implica en la no rotación”, explicó el agrónomo oriundo de Tucumán, en conversación con Bichos de Campo.
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“Vamos a tener mayor presión de malezas, de enfermedades, de plagas, problemas nutricionales que vamos a tener que ver cómo los reemplazamos. El maíz no puede salir del sistema productivo. En la rotación nos genera la incorporación de materia orgánica, que es fundamental. Si vamos a soja sobre soja, vamos a generar una presión en el sistema”, añadió a continuación.
Eso desencadenaría otros dos problemas. Uno vinculado a un aumento de costos de los insumos a emplear, en función del aumento de plagas y malezas, y otro vinculado a la cuestión operativa y logística.
“Con más entradas al lote y más costos de aplicaciones, el margen será preocupante. Además, tendremos un cuello de botella operativo y logístico si gran parte de la superficie va de maíz a soja, porque no tenemos tantas sembradoras disponibles para sembrar todo en simultáneo”, señaló Delgado, que indicó que un fenómeno similar se daría durante la cosecha.
-El panorama parece negativo, incluso para la soja por cuestiones de precios, climáticas, logísticas, etc. Aún así sigue siendo la opción más adecuada para el productor en este año. ¿Lo ves así?- le preguntamos.
-Va a depender del ambiente. Es muy probable que el productor haga lo que sabe hacer. La soja es un commoditie que prácticamente todos sabemos cómo manejarlo, y sabemos cómo enfrentar las adversidades que pueden llegar a presentarse. El precio no es alentador, pero estamos planteando un escenario en donde decimos ‘sobrevivamos, pasemos lo mejor posible esto’. Seamos lo más eficiente posible en la producción y esperemos que se solucione lo antes posible con genética, y con manejo para volver a un esquema que es muy necesario y saludable de rotación 50 y 50.
Finalmente, en cuanto a la opción de hacer sorgo, el agrónomo recomendó no considerarlo.
“Al sorgo no lo nombro porque en la rotación los productores que lo hicimos tuvimos pérdidas casi iguales o mayores que al haber hecho maíz. Yo hoy no lo veo como una opción. Como cobertura es fantástico, como limpieza para el lote fantástico, pero productivamente hoy el número no nos da por el flete, por el precio y por el potencial productivo”, concluyó.