El gobernador de Jujuy y uno de los principales referentes de la UCR en la alianza Cambiemos, Gerardo Morales, blanqueó lo que muchos correligionarios suyos piensan. “Mientras dure la crisis, lo menos que habría que hacer en mi opinión es por lo menos parar la baja a las retenciones a la soja y revisar un poco ese tema”, dijo en declaraciones a la FM Milenium.
Morales, así, blanqueó lo que era un secreto a voces: que un sector de la alianza de gobierno propicia que se congele en los niveles actuales, de 26,5%, las retenciones a la soja y sus derivados, los únicos productos que continúan aportando derechos de exportación luego de que Mauricio Macri, en diciembre de 2015, a pocos días de asumir la presidencia, cumpliera con su promesa inicial de eliminar ese tipo de tributos para el resto de los productos exportables de la Argentina.
En sus declaraciones, el gobernador de la UCR indicó que admitió que el tema se está “discutiendo al interior” del radicalismo y también de la coalición Cambiemos. También reconoció que el debate no está definido en ninguno de los dos ámbitos partidarios, aunque dijo que su opinión “personal” es que se debería detener la baja de retenciones a la soja en el actual contexto.
“Con las retenciones a la soja, el campo debería hacer algún aporte o presentación”, recomendó incluso el referente del radicalismo, sin hacer mención a otros datos claves de la vida agropecuaria nacional, como que este verano pasado una feroz sequía arrasó con un 30% de la producción de soja, que eso provocó que muchos productores incluso perdieran dinero con el cultivo, o que en los mercados internacionales la soja bajó casi 80 dólares por tonelada, y ahora amenaza perforar el piso de 300 dólares.
Con el “sincericidio” sobre su posición personal respecto a lo que debiera suceder con las retenciones a la soja -que en enero pasado comenzaron a reducirse 0,5% por mes y deberían finalizar el año en el 24%-, Morales no hizo más que blanquear el “operativo clamor” que motorizan ciertos sectores de la política para convencer a Macri de que de marcha atrás con sus promesas a los productores de granos.
Este operativo alimenta, y mucho, las posiciones más extremas de algunos medios de comunicación, que a diez años del histórico conflicto por la Resolución 125, vuelven a agitar la fantasía social de que “el campo” se está llenando de dinero gracias a la devaluación, sin reparar en que hay productores de granos que pueden verse beneficiados como muchos otros, sobre todo los que agregan valor y venden alimentos al mercado interno, que se ven notablemente perjudicados.
Una nota de Página/12 publicada este lunes muestra lo peor de ese tipo de actitudes. “Pese al ajuste, el campo la junta con pala”, es el título. “Teniendo en cuenta la caída de la producción en un 30% por la sequía, este año el Estado argentino dejará de percibir unos 8 mil millones de pesos sólo por el cronograma de rebaja gradual de retenciones a la soja, lo cual sumaría 20 mil millones si se tiene en cuenta para este año el recorte de 5 puntos a la soja implementado al comienzo de la gestión Cambiemos”, dice ese artículo.
Escuché que los radicales propician un regreso de las retenciones, con ánimo de esquivar el ajuste fiscal de $ 300 mil millones de pesos previsto para 2019. Patéticos, vuelven a hablar de "renta extraordinaria", como si en este país hubiera algo más redituable que la política.
— Matías Longoni (@matiaslongoni) July 14, 2018
¿Quién le devuelve a quién? Ese es el dilema de la hora. ¿Es el Estado el que le debe reintegrar dinero de las retenciones al sector productivo? ¿O es “el campo” quien está en deuda con elr esto de los argentinos? Morales y sus pares de la UCR piensan que es esto último y piden un “aporte” del sector para que el ajuste no reciba tanto sobre el sector público. Esta idea, además, no ha sido descartada por el ministro de Economía, Nicolás Dujovne.
Del otro lado, las entidades rurales se apoyan en la promesa del presidente Macri, quien hace unos pocos días confirmó en una reunión con la Mesa de Enlace el cronograma de reducción de las retenciones a la soja, que debería llevar ese tributo al cabo de su gobierno a 18%. Es decir que cuando se vaya Macri uno de cada cinco barcos cargados de soja todavía irán a parar a manos del Estado. Y de la política.
Lilita Carró, de la Coalición Cívica, tercera columna de la alianza de gobierno, también se han manifestado públicamente a favor de mantener este cronograma de reducción de las retenciones sojeras. Y hasta incluso bajó de bajarlas 5% de un saque.
Para Carrió, las retenciones a la soja deben bajar "de golpe" un 5% https://t.co/DxfuoXdgQt pic.twitter.com/pMGSGshCrD
— Belisario Saravia O. (@agronoa) June 15, 2018
Desde su reimplantación en 2002, se estima que el sector agrícola extensivo transfirió al estado nacional (y a las provincias a partir de la creación del fondo solidario de la soja, en pleno conflicto del 2008) más de 80.000 millones de dólares. Hasta la asunción de Cambiemos, el agro aportaba al fisco entre 8.000 y 10.000 millones de dólares anuales, de los cuales 80% provenían de la cadena sojera.
Si se cumplen los últimos pronósticos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la producción de soja del año próximo (recién se cosechará desde abril de 2019) se recuperaría a 50 millones de toneladas (desde las 35 millones actuales), y las exportaciones del complejo sojero podrían llegar 17.800 millones de dólares, el 70% del total de las exportaciones agrícolas.
Sobre esa suma se puede calcular en cuánto impactarían las diversas decisiones sobre las retenciones. Si se congelará el cronograma de reducción al valor actual, el Estado recaudaría unos 4.450 millones de dólares. En cambio, si se redujeran los 6 puntos prometidos desde el valor actual, el dinero girado al fisco bajaría a 3.400 millones aproximadamente.
Así están las cosas en la Argentina de hoy. Tanta es la crisis financiera y la crisis por la falta de ideas de la política, que por 1.000 millones de dólares (unos 28.000 millones de pesos), hay sectores del oficialismo dispuestos a olvidarse una vez más de sus promesas de campaña.