Yendo hacia el norte por la ruta 34, en la localidad de Selva, ubicada en el departamento santiagueño de Rivadavia, cuatro médicos veterinarios se embarcaron en un proyecto que cristaliza una firme tendencia en el norte del país: la creciente tecnificación ganadera.
Su nombre es Laboratorio del Norte y desde allí ofrecen todo tipo de servicios a productores de la provincia para poder cumplir con los protocolos sanitarios definidos por Senasa pero sobre todo en busca de hacer crecer la productividad de los rodeos bovinos. El foco es claro: sin los correspondientes controles y mediciones del rodeo, cualquier tipo de mejora productiva que se pretenda realizar costará el doble de tiempo y recursos.
“En nuestra zona, el que mide sufre y el que sufre cambia”, sentenció Cristian Jorge, uno de los veterinarios integrantes del proyecto, en una charla con Bichos de Campo. Para él, si bien la paleta de enfermedades y las reglamentaciones sanitarias son similares en el norte y en la región pampeana, la atención prestada a las pérdidas en los rendimientos difiere.
Mirá la nota completa acá:
“Hoy tener brucelosis en un campo te representa un porcentaje de abortos, en el tercer trimestre de gestación, impresionante. Si un productor trabajando con un veterinario e ingeniero agrónomo mide el porcentaje de destete logrado y ve una diferencia respecto del de las vacas preñadas que habían tactado, tiene que parar las antenas. Nosotros en el laboratorio procesamos muestras tomadas a campo en 24 a 48 horas, cosa que es muy bueno”, señaló el santiagueño.
Los servicios prestados también abarcan el control de la calidad seminal en toros, entendiendo que eso es clave para evitar que los productores inviertan millonarias cifras en vano, en toros que después no darán resultados en el campo.
“Eso se hace a partir de muestras que analizamos con microscopios y electros, donde clasificamos al toro según la movilidad de sus espermatozoides. Por supuesto que eso es va después de un análisis físico del toro, donde se toca la tonicidad de sus testículos, su movimiento, aplomos, etc. De esa forma, si la calidad es buena, el porcentaje de toros que uno puede poner en un rodeo es menor”, señaló Jorge.
En el caso de las hembras, el profesional indicó que es clave mostrar que su funcionalidad y productividad no pasa por la belleza del animal.
“Es un tema que intentamos implementar en los campos en donde trabajamos. ¿Qué es lo funcional y productivo? Que una vaca que te produzca un ternero por año, porque nosotros tenemos 12 meses en los que debemos pagarle al personal, pagar comida, hacer planificación forrajera, y eso no pasa por la belleza. Hay vacas que llegado el momento están vacías cuando realizamos las ecografías y lo que recomendamos es no guardarlas hasta otro ciclo porque es una pérdida para el productor”, sostuvo el veterinario.
A continuación, agregó: “El índice de preñez a nivel nacional está en un 65%. Es bajo para la cantidad de animales. Por ahí tenemos vientres improductivos y si nosotros no hacemos una ecografía, no vamos a saber si esa vaca con unas características hermosas parió o no. Entonces uno está alimentando de un vientre improductivo en el campo con alimento que necesita para las que sí están produciendo”.