En algunas regiones del Chaco las lluvias hicieron estragos. Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria INTA), es la inundación más grave de los últimos 30 años, con más de 2 millones de hectáreas afectadas y 20.000 kilómetros de caminos rurales que se encuentran destruidos.
“En el sudoeste de la provincia perdimos todo; tanto girasol como algodón y aún no sabemos lo que quedará de maíz. Encima, seguimos sin poder transitar por caminos vecinales”, se lamentó en Bichos de Campo Ernesto Iván, productor del municipio La Tigra, ubicado en el departamento O’Higgins.
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Iván destacó que “si bien soy algodonero de muchos años, acá tratamos de diversificar los cultivos. Y si bien nos consideran zona marginal, tenemos el privilegio de poder hacer una variedad de cultivos extensivos que en otros lugares no se puede hacer. De cualquier modo, el algodón es el cultivo que mejor enfrenta las adversidades climáticas en Chaco”.
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Iván remarcó que el saldo de esta campaña no deja recursos para afrontar pagos pendientes. “Yo también sembré soja en diciembre, que es la fecha óptima para esta zona, y con los 400 milímetros acumulados en la primera quincena de enero, perdimos la siembra al 100%. Volvimos a sembrar a inicios de febrero, luego de varios días soleados, e incluso hicimos dos tratamientos de fungicida foliar de primera marca, porque daban buenas perspectivas, pero otros 400 milímetros caídos en abril, nos agudizó los problemas y terminó con la soja días previos a su cosecha”, relató.
En cuanto al algodón, Iván describió que “estamos reiniciando la cosecha en zonas no inundadas, y con una calidad inferior a la esperada”. Y en referencia al maíz, el productor dijo que “ahí quizás sí tengamos rendimientos aceptables, con porcentajes de humedad recomendados”.