El presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Ricardo Negri, aseguró este jueves que la Argentina no dejará de vacunar “en el corto plazo” a todo su rodeo bovino, de unas 54 millones de cabezas, contra la fiebre aftosa.
“No vamos a dejar de vacunar en el corto plazo, no estamos ni preparados ni estamos dispuestos como gobierno a correr ese tipo de riesgos, después del esfuerzo que estamos haciendo para abrir nuevos mercados”, dijo Negri en la apertura del séptimo encuentro nacional de fundaciones y entes de lucha sanitaria, convocado en Paraná por la FUCOFA entrerriana y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
La definición de Ricky Negri era esperada por la inmensa red de dirigentes rurales involucrada con las fundaciones de lucha contra la aftosa creada en los años 90 para comenzar a vacunar masivamente contra la fiebre aftosa, lo que permitió una primera erracidación del virus y nuevamente su control luego del rebrote de 2001, que se produjo justamente cuando la Argentina dejó de aplicar la vacuna en 1998. La última dosis la aplicó Carlos Menem, el ex presidente.
Pero hay varios estados del sur de Brasil, como Paraná y Río Grande, que en los últimos meses han adelantado que allí dejarán de vacunar contra la fiebre aftosa posiblemente entre 2020 y 2021, lo que puso en alerta nuevamente el aparato sanitario argentino. La aspiración de los brasileños, que no padecen focos desde hace varios años, es pasar a ser reconocidos como “país libre de fiebre aftosa sin vacunación”, como alguna vez sucedió con la Argentina, para así aspirar a poder vender carne a los mercados más exigentes del mundo, como Corea del Sur y Japón.
“Que los vecinos hagan lo que quieran, pero nosotros tenemos una posición bien clara respecto a esto”, insistió Negri tratando de llevar calma a la tropa de las fundaciones, que además administra el negocio de la aplicación de las vacunas antiaftosa (se aplican dos veces al año en la mayoría del stock). En total, entre la compra del remedio y la aplicación, los productores ganaderos argentinos gastan unos 110 millones de dólares al año en esta campaña sanitaria.
Fuentes extraoficiales dieron cuenta a Bichos de Campo de la existencia de un documento interno dentro del Senasa que plantearía al año 2026 como horizonte para una probable decisión respecto del cese de la vacunación, previniendo una situación de convergencia entre los diversos países ganaderos de la región.